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El estado está tomado

No hay otra explicación: el estado está tomado por el narco. Baja California, siempre ha sido una región de encuentros, de fronteras que enlazan culturas y de contrastes llenos de color. Hoy, la escena se mancha de nuevo con la sangre oscura de la violencia.

No hay otra explicación: el estado está tomado por el narco. Baja California, siempre ha sido una región de encuentros, de fronteras que enlazan culturas y de contrastes llenos de color. Hoy, la escena se mancha de nuevo con la sangre oscura de la violencia.

Los ciudadanos vivimos con miedo, indignación y desesperanza al ver que nuestro estado está sumido en la violencia, oscurecida por la sombra del crimen y la inseguridad. Ya no es solo enojo, ya es furia, es desesperación, es impotencia, es encabronamiento.

El miedo, como hace algunos años, vuelve a ser palpable y se siente al caminar por nuestras calles por temor a ser las próximas víctimas y el terror de pensar que nuestros hijos puedan encontrarse en medio del fuego cruzado.

¿Cómo llegamos hasta aquí de nuevo? ¿Cómo permitimos que nuestra ciudad y estado se convirtiera en tierra de nadie? Los ciudadanos no merecemos vivir con el miedo constante a la violencia, ni tener que explicar a nuestros hijos por qué no pueden salir a jugar al parque como lo hacíamos nosotros.

La desesperanza ya contagió los corazones de sus ciudadanos, en especial el de los liderazgos que supuestamente son balance y contrapeso.

La oposición sigue sin saber por qué les pasó el tren de la 4T por encima y la mayoría de los liderazgos empresariales están congelados porque sus bocas y manos están llenas de contratos por cerrar, permisos por conseguiro deudas por condonar.

Es hora de cambiar el miedo y la desesperación por acción y esperanza. ¿Cómo? A través de la participación ciudadana activa, no hay de otra. Necesitamos organizarnos, dialogar, y encontrar soluciones juntos. Es necesario presionar a nuestras autoridades para que implementen políticas de seguridad eficaces, transparentes y justas.

No podemos permitir que el miedo nos paralicen que los “liderazgos” actuales sigan conteniendo, deteniendo,apagando o intentando tranquilizarnos mientras ellos, en lo oscurito, siguen negociando sus beneficios.

Faltan liderazgos auténticos, aunque sí los hay - debo aclarar-, pero son mayoriteados por otros que son como focas aplaudidoras, dirigentes mediocres, líderes tibios, empresarios grises, políticos de papel, prensa vendida y muchos opinadores cobardes enredes sociales o Whatsapp.

Debemos unirnos como comunidad y trabajar juntos. Hay muchas formas: participando en comités vecinales de vigilancia,activarnos en nuestras cámaras empresariales, participando en iniciativas sociales que busquen disminuir la violencia, y colaborar / exigir a la autoridad que haga su trabajo.

La ciudad es nuestra, y tenemos que reclamarla de vuelta.

*- El autor es Director de Testa Marketing.

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