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El Tumor del Tucán

Como recordamos; el fatídico salto neoliberal impuesto por el Priato al arranque del malparido sexenio de Carlos Salinas de Gortari, 1988, no solo significo un parto doloroso para la mayoría de la población sino, hemos de reconocer, influyó para mitigar un conjunto de emblemas atrayentes para las masas (en cuanto) insumos propagadores de ideas ya que la divulgación del santo y seña “ideológico, cultural y político” fue retener a ciudadanos engatusados para hacerlos victimas de su atroz y nociva rapiña.

Como recordamos; el fatídico salto neoliberal impuesto por el Priato al arranque del malparido sexenio de Carlos Salinas de Gortari, 1988, no solo significo un parto doloroso para la mayoría de la población sino, hemos de reconocer, influyó para mitigar un conjunto de emblemas atrayentes para las masas (en cuanto) insumos propagadores de ideas ya que la divulgación del santo y seña “ideológico, cultural y político” fue retener a ciudadanos engatusados para hacerlos victimas de su atroz y nociva rapiña.

“Prigobierno”, “justicia social”, “Reforma agraria Integral”, “paz y democracia” o “política a la mexicana” fueron tatuados con alevosía sobre un doblegado tejido social postrado a las imposiciones de un sistema gran burgués, despótico y de suyo mercader de la patria cuyos instrumentos institucionales coexistían subordinados a un insolente Poder ejecutivo, judicial y legislativo instruidos para escudar y consentir el autoritarismo presidencial, lucro concentrador de la riqueza y monopolio en el gobernar recrudecido, como al inicio se señaló, por medio de la mensajería sustituta de la pasada moda “revolucionaria” pues, de acuerdo a la tecnocracia, ingresamos a la “moderna era” económica mundial que los prianistas rápido convalidaron y adaptaron a las exigencias trasnacionales.

Y para luego es tarde; los arrogantes Júnior amamantados por la mafia del poder fueron enviados, con dinero del pueblo trabajador, a suntuosas universidades extranjeras para, concluido su adiestramiento, los cachorros guiaran al cerril México tercermundista a través de la próspera senda del mercado libre, comercio expedito, intercambio financiero e inversión extranjera en la industria estratégica nacional ya que el orden instituido lo representaba la mágica aldea global.

Seis décadas, 30 años de una sostenida rapiña permitida por el régimen tricolor y todos los partidos políticos a su gracia, impulsaron a más no poder el derrumbe de la soberanía nacional, echaron a pique el carácter rector del Estado en la orientación económica y, como ejemplar devastación, generaron un tornado arrollador, huracán desmesurado de corrupción que no terminó hasta rematar en una cloaca excluyente de cualquier indicio moral condecorando, en complicidad con los depredadores, una consistente aunque nauseabunda impunidad que, por encima de autores y ejecutores individuales, los labradores de la terrible tragedia son los capos de todos y cada uno de los partidos políticos por pervertidos, colaboracionistas, electoreros y parachoques del sistema oprobioso.

Precisamente los partidos en cuanto causa y efecto de la situación vigente, se ubican en el desprecio ciudadano por provenir de ellos los encargados de gobernar, legisladores y operadores al servicio del poderoso que mira en los compactos liderazgos mequetrefes la celosa, incondicional y blindada defensa de la gran propiedad privada en menosprecio de justicia, equidad o mejoramiento para la colectividad lo que pone de manifiesto las toxicas y enfermizas disputas por obtener, dicho electoralmente, un espacio de representación popular que por sus antecedentes es representativo de la mezquindad de quien al término de la gresca se hace del rebuscado hueso con tuétano.

El Tumor (todos contra Morena) y los Tucanes (partidos socios de Morena) transpiran el mismo tufo…

*El autor es diplomado en Periodismo por la UABC

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