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El PES de Hank

El Partido Encuentro Solidario (PES), antes Encuentro Social, es un partido que desde su nacimiento ha venido dando tumbos, tanto a nivel nacional como local, que es donde inició.

El Partido Encuentro Solidario (PES), antes Encuentro Social, es un partido que desde su nacimiento ha venido dando tumbos, tanto a nivel nacional como local, que es donde inició. En 2018 participó en la alianza encabezada por Morena, pero perdió el registro como partido nacional.

En Baja California ha pasado por varias manos, desde Alfredo Ferreiro hasta Luis Moreno, que lo usó para incrustarse en los gobiernos de Morena. Ahora está en manos de Jorge Hank Rhon, que llegó ahí por la coyuntura de la elección estatal de 2021, en la que Hank se postuló como candidato a gobernador por ese partido después de abandonar las filas del PRI, al que había pertenecido toda su vida y se consideraba un simple “soldado” del tricolor.

De esa elección surgieron tres partidos derrotados: El PAN, el PRI y el PRD, mientras el PES quedó en segundo lugar después de Morena, con una votación de 350 mil votos, no muy cerca de Morena pero tampoco muy lejos. En realidad, esa votación fue casi el promedio de votos que obtenía el PAN cuando estaba en el gobierno.

Dado el desplome del PRI, las divisiones internas y las diferencias con la dirigencia nacional, era evidente que el único camino que le quedaba a Hank era hacerse del PES local, e iniciar un nuevo proyecto político desde ahí. No había muchas otras opciones. Lo extraño es que lo haya decidido en una etapa en la que ya no hay mucho que conseguir para él (en el terreno de la política).

Sin embargo, el PES es como un proyecto para sus hijos, para que hagan carrera desde ahí y para que, en determinado momento, puedan llegar a gobernar la entidad, a lo que él aspiraba siempre, desde que fue candidato a gobernador en 2007 y más recientemente en 2021, con los resultados que ya conocemos.

Para eso el PES es el partido perfecto, pues se presenta como un partido “de la familia”, de ideología conservadora en muchos temas, pero tiende a mostrarse “elástico” dando entrada a todo tipo de corrientes y se envuelve en una fraseología de la inclusión, los derechos humanos o la legalización de la marihuana, etcétera.

Es decir, aunque su origen es evangélico, el PES es un partido que puede moldearse al gusto, un partido a la carta, sin densidad ideológica, que un día a pesar de ser de derecha puede aliarse a Morena, o al PRI y al PAN sin ningún conflicto.

Más que buscar el poder, ahora se presenta como un partido que busca “servir y no servirse del poder”, según el discurso hankista. Su aspiración es convertirse en un “resumidero” de todos los demás partidos locales.

Su reaparición en BC es muy afortunada, pues lo hace en un contexto en el que los partidos de oposición están arrinconados y no saben qué hacer, por lo que su situación será más crítica todavía.

El nuevo PES puede ser la puntilla para partidos como el PAN, el PRI y el PRD y otros más pequeños como el MC, el PVEM y las rémoras de Morena.

Esto por una razón muy simple: porque el PES local no trae la enorme carga negativa como la tienen los demás, que les impide crecer y ganar votos. Y también, porque dada la atmósfera asfixiante que ha creado Morena y López Obrador, la gente puede preferir un partido menos “polarizante” políticamente.

El otro factor a su favor, claro está, es el papel que juega Hank Rhon, que es el pilar del partido, su referencia política, quien a partir de ahora tratará de que sus actividades filantrópicas masivas tengan una repercusión electoral que sea canalizada hacia el PES en las coyunturas electorales.

Esto le da grandes ventajas pero también desventajas políticas, porque si bien Hank será el motor del PES, también lo proyecta como el “partido de Hank”, es decir un partido con dueño que, en la experiencia de México, no han funcionado mucho.

Los partidos familiares o de clanes específicos son hasta ahora muy débiles, pues carecen de democracia interna y políticas inclusivas. Sin embargo, en términos realistas, el PES bajo el impulso de la familia Hank puede convertirse a muy corto plazo en un partido que articule la nueva derecha en la entidad, desplazando al PAN y compitiendo con Morena en una de las mejores coyunturas electorales como será la de 2024.

El PES vaciará al PRI y al PAN local, reducirá el margen de maniobra de otros y podrá competir, seguramente, con Morena en la creación de una clientela electoral sostenida en regalos y apoyos a familias pobres, pero también abrirá un canal de participación a las corrientes evangélicas, que pululan ya abundantemente.

Son tiempos de populismos de izquierda y de derecha, aquí y en todas partes. No hay alternativas democráticas.

* El autor es analista político

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