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Economía contracíclica

“El único presupuesto bueno es el presupuesto equilibrado”Adam Smith

Como política económica contra cíclica se conocen el conjunto de acciones gubernamentales enfocadas a superar un cambio en la actividad económica de un país, ya sea crecimiento o recesión.

El tema toma relevancia en México por dos razones: la reciente presentación por parte de la Federación del paquete económico 2021, y la recesión económica que estamos viviendo como consecuencia de la pandemia.

El paquete económico 2021 debería estar diseñado para impulsar la inversión y el empleo, manteniendo la calidad y eficiencia del gasto, enfocándose solo a proyectos esenciales de desarrollo y priorizando la solución de los principales problemas del país.

Con una caída en la economía de entre el 8 y 10% para el 2021, la federación apuesta a que la economía crecerá 4.6% en 2021, algo que parece sobre optimista. Igualmente, el precio proyectado del barril de petróleo y su producción diaria están por arriba de los números de 2020, algo que también se interpreta como números alegres.

Igualmente, los rubros de gastos proyectados no parecen destinados a lograr desarrollo económico, donde el gobierno idealiza la austeridad como el antídoto para una economía reprimida.

Es claro que para el gobierno el paquete económico 2021 es la continuidad de su proyecto político, sin una señal clara de interés por recuperar desarrollo económico y empleo.

El presupuesto de las secretarías de Energía, Turismo, y PEMEX, que es donde están los proyectos de la refinería Dos Bocas y el Tren Maya, tiene un incremento del 61% comparado con el presupuesto de inicio de este sexenio.

En la SEDENA, que es donde está el aeropuerto de Santa Lucía, pasa de $80 mil a $112 millones comparado con el mismo periodo.

En el caso del gasto social, donde residen los proyectos asistencialistas, las secretarías del Trabajo y Bienestar tienen un incremento del 118% llegando a $214 mil millones.

En contraste, las secretarías de Hacienda, y la oficina de la Presidencia tienen la mayor disminución del gasto, entendiendo en Hacienda reside toda la burocracia gubernamental de atención y apoyo al contribuyente.

Otros grandes perdedores dentro del paquete presupuestal son los estados y municipios del país, con una reducción de $11,500 millones combinados, sobre todo en la parte de seguridad, donde desaparece el FORTSEG, recurso que se utiliza para el fortalecimiento de los cuerpos policiacos.

El paquete económico 2021 todavía puede ser modificado por el Congreso, en particular la Cámara de Diputados, y aunque parezca difícil, esta sería la oportunidad para los legisladores de reestructurar el gasto, utilizando una política fiscal contracíclica que fomente la inversión y la creación de empleos para recuperarnos de la grave crisis económica que estamos sufriendo.

Un eventual colapso de la economía nacional agravaría la crisis sanitaria y económica, afectando las cadenas de valor, obligando a millones de mexicanos a emigrar a EU, generando al mismo una crisis de inseguridad que podría aumentar las actividades del narcotráfico, empeorando aún más la violencia.

Finalmente, se deben asignar los recursos necesarios para garantizar la sustentabilidad de las instituciones democráticas que garanticen el estado de derecho, la transparencia, el sistema anticorrupción, y la autonomía gubernamental de los tres órdenes de gobierno.

Un presupuesto reflejado en finanzas públicas sanas es la piedra angular para el desarrollo económico del país.

Esto debe preocuparnos a todos los mexicanos.

*- El autor es Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado.

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