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Demián y el Grito de Independencia

Demián es un niño de once años de edad, estudiante de sexto año de primaria y practicante del deporte de su pasión, el futbol.

Demián es un niño de once años de edad, estudiante de sexto año de primaria y practicante del deporte de su pasión, el futbol. Es un niño normal, algo testarudo, muy ordenado con sus cosas, es temperamental, ahorrador, es analítico, paternal, bromista, y más; un modelo de infante contemporáneo y tecnológico.

Recientemente participó en un torneo de futbol. El torneo regular fue de tres juegos, pero Demián solo pudo participar en dos encuentros y apoyo con 7 goles a favor de su equipo, estos siete goles le sirvieron para quedar como el mejor romperredes del torneo; a partir del momento que le informaron de su logro comenzó a diseñar su “speech”, para él era importante agradecer a su entrenador “el Profe” Cristian, a sus compañeros y su familia, basado en esos tres ejes desarrollo su mensaje; básico, conciso y con un toque emotivo, mensaje candoroso propio de su edad, lo repetía en voz alta para no tener errores al momento de su pronunciación, así llegó casi a la perfección.

Este torneo fue cercano a la noche mexicana del 15 de Septiembre, con toda su alegría y festejos donde se recuerda a los héroes que nos dieron patria.

Así entonces el Grito de Dolores es considerado el acto con que dio inicio la guerra de Independencia de México. Según la tradición, consistió en el llamado que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en compañía de Ignacio Allende y Juan Aldama, hizo a sus feligreses con el fin de que se levantaran en armas contra la Nueva España en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, para lo cual tocó las campanas de la Parroquia del Pueblo de Dolores.

Aunque se trata de la fecha mayor del calendario cívico mexicano, la ceremonia del Grito carece de protocolo oficial. Sin embargo, se realiza en medio de un ambiente solemne apegado a las disposiciones legales sobre el uso de los símbolos nacionales, basado en una férrea tradición que se ha afianzado con el paso de las décadas.

Para recordar ese hecho, cada año, la noche del 15 de septiembre los titulares del Poder Ejecutivo en los distintos niveles de gobierno: Presidentes municipales, Gobernadores y el Presidente de la República, así como los embajadores en las representaciones en el extranjero, portando una bandera nacional, dirigen a la población reunida una arenga la cual por lo regular incluye las siguientes frases: ¡Mexicanos!, ¡Vivan los héroes que nos dieron patria y libertad!, ¡Viva Hidalgo!, ¡Viva Morelos!, ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡Viva Allende!, ¡Vivan Aldama y Matamoros!, ¡Viva la independencia nacional!, ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!.

Desgraciadamente y gracias a la tecnología donde quedan plasmadas las ridículas participaciones de algunos funcionarios de vergüenza, cambian las frases por no aprendérselas, cambian personajes por desconocimiento de la historia mexicana, agregan personajes religiosos por dogma o agregan caprichosamente a sus mentores favoritos. Baja California no fue la excepción.

Si un niño como Demián se preparó para su “speech”, ¿por qué nuestros gobernantes no?

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