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Decir estupideces

¡Que Fiorentini deje de decir estupideces!, le espetó la ex oficial mayor a su solícito amigo entrevistador durante su reciente encuentro a propósito de su inhabilitación.

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¡Que Fiorentini deje de decir estupideces!, le espetó la ex oficial mayor a su solícito amigo entrevistador durante su reciente encuentro a propósito de su inhabilitación; debo confesar algo, si fuera el caso preferiría decirlas a cometerlas, máxime si estas son en contra de mi ciudad y su gente.

En el 2016 presenté una denuncia en la Sindicatura Municipal por la forma en la que, durante la impresentable administración de Jaime Díaz, como dice el amigo entrevistador, la administración municipal más cuestionada, ¿por qué será?; se otorgaron bases para sindicalizar a gente cercana al círculo del entonces Alcalde, su esposa, la oficial mayor y la líder del Sindicato y panista por convicción, tanta que solo le duró un par de años, Victoria Bentley. La Sindicatura atendió la queja y el resultado fue catastrófico, de las 173 bases otorgadas dictaminaron que 113 no cumplieron con los requisitos establecidos en la ley, algunas inclusive fueron contrarias al fallo judicial, esto es, hubo casos en los que el juez negó la base que el trabajador reclamaba y en contrario sentido le fue otorgada.

La primera base fue apenas unos días de haber iniciado la administración, el 2 de diciembre del 2014, la beneficiaria: Estefanía Bentley Aguilar, sobrina de la entonces líder sindical. Se otorgaron bases en las entidades paramunicipales, prohibido por la Ley en materia, el colmo fue que se basificó gente cercana a su grupo hasta en la Dirección de Seguridad Pública Municipal, lo que es ilegal por mandato federal.

Fue tan vulgar, bueno, qué se podía esperar, que cuando la oficial mayor quiso tapar el cochinero e inventar expedientes tratando de cubrir tanta ilegalidad cayeron en el descuido de sellar de recibidos expedientes con alguna fecha del año 2015 cuando el papel membretado que se usó para fingir su integración traía impresa la leyenda “2016 Año de la Alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo”. Sostengo, con pesar, que la administración de Gustavo Sánchez, debió de haber ordenado la desaparición de esas plazas, desafortunadamente no lo hizo, hay silencios que marcan. En hora buena la resolución del actual síndico Héctor Ceseña, considero que dos años es muy poco y que en adición a la cancelación de las plazas se debe plantear el daño patrimonial, producto de esa sí, una grandísima estupidez e irresponsabilidad, juzgue usted por qué.

Un empleado sindicalizado en Mexicali tiene un sueldo promedio de 28,000 pesos mensuales y cobra el equivalente a 16 meses de año, 12 de sueldo, 2 de aguinaldo, prima vacacional y ¡bono por buena disposición!, lo que ello signifique; esto es 448,000 pesos, por 113 empleados, significa que la irresponsabilidad de haber manejado a su pinche antojo el otorgamiento de estas bases le cuesta cada año a los mexicalenses la cantidad de 50´624,000 pesos. Si usted quiere multiplicarlo por 20 años, que es el promedio que se les pagará antes de que se jubilen, ganando su último sueldo por otros 20 años, entenderá el tamaño de nuestra desgracia.

La Alcaldesa está llevando un proceso de reestructuración de la deuda pública buscando tener recursos disponibles, ahí tiene de dónde hacerse de 50 millones en favor de nuestra gente. Yo, muy a pesar de la inhabilitada Maribel Avilés y sus cercanos, seguiré diciendo estupideces.

.*El autor es empresario, ex dirigente de la Coparmex Mexicali.

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