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Danzar en pleno desierto

Dar a conocer lo que sabemos, contar lo que hemos vivido en relación a sucesos importantes de nuestro entorno, no es tarea fácil y más cuando a semejante relato le incorporamos análisis, interpretaciones y juicios de valor, le agregamos historia y circunstancias, textos y contextos, para explorar mejor tal temática, para contarla de forma precisa a nuestros contemporáneos.

Dar a conocer lo que sabemos, contar lo que hemos vivido en relación a sucesos importantes de nuestro entorno, no es tarea fácil y más cuando a semejante relato le incorporamos análisis, interpretaciones y juicios de valor, le agregamos historia y circunstancias, textos y contextos, para explorar mejor tal temática, para contarla de forma precisa a nuestros contemporáneos. Porque de eso se trata el valorar el trabajo ajeno, la creación como forma de vida. Sea una reseña, un artículo periodístico, un ensayo o una monografía, escribir sobre la obra de los demás es entablar un diálogo con ella, es conversar sobre sus fortalezas y debilidades, es exponer nuestros hallazgos y descubrimientos en relación a una novela, una pieza musical, una escenificación, una pintura, una película o una serie de televisión.

Y eso, exactamente, es lo que ha hecho Hildelena Vázquez Canseco con su libro De la memoria dancística del desierto: Paralelo 32, publicado por nuestra máxima casa de estudios, la UABC, a finales de 2019, pero que por los azares de la pandemia sólo hasta 2021 comenzó a circular entre nosotros. ¿Qué pretende nuestra autora, ella misma una bailarina, al investigar sobre el surgimiento de la danza en Baja California y especialmente en Mexicali? Atengámonos a sus propias palabras: “Este libro busca establecer algunos de los factores que determinaron el nacimiento y el desarrollo del campo dancístico en Mexicali, a través de una mirada a la historia de Paralelo 32: primer grupo de danza contemporánea en la ciudad”.

Aquí hay que recordar que Paralelo 32 nació en 1983 al incorporarse a la UABC y su última presentación se llevó a cabo en 2007. Lo que relata el libro de Hildelena es ese viaje por casi un cuarto de siglo de un grupo de integrantes, bailarines y bailarinas, que pasaron por esta agrupación dirigida desde principio a fin por la coreógrafa Carmen Bojórquez, entre los que destacaron Eunice Hidalgo, Verónica Gaytán, Manuel Torres, Rosa A. Gómez, Dalel Bacre, la propia Hildelena Vázquez, Elizabeth Osuna, Esperanza Ángeles, Andrea Barajas, Norma y Edith Pimentel, sin olvidar el trabajo creativo de la pianista Norma Bocanegra y la teatreros Rosa Amelia Martínez y Arturo Robles.

De la memoria dancística del desierto podemos sacar en claro, como Vázquez bien lo resume, que “la amplitud del legado de Paralelo 32 y de Carmen Bojórquez

al campo dancístico mexicalense es contundente. Su trabajo con el grupo posicionó a Mexicali dentro del mapa de la danza contemporánea nacional y estableció un paradigma de la producción artística en la ciudad. Sus habilidades como gestora y docente generaron dos plataformas desde donde ha sido posible continuar el desarrollo y la difusión de la danza en la ciudad: la licenciatura en danza de la Facultad de Artes y el Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras”. Habría que añadir que este encuentro internacional, que nació en 1993 y se mantiene hasta la actualidad, sirvió para que otros festivales parecidos llegaran a consolidarse en Tijuana y Ensenada poco después.

La historia que cuenta Hildelena es breve, concisa y relevante. Nuestra autora sólo requirió 130 páginas para narrarnos los cambios, percances y logros de esta agrupación dancística hoy legendaria en todo México. Los faltantes son escasos pero, al no ser una historia hemerográfica de Paralelo 32, lo que vemos son las distintas etapas que vivió este conjunto entre los años ochenta del siglo pasado y la primera década del siglo XXI. Desde mi punto de vista faltó mencionarse Maquilaciones, la coreografía que diseñara Carmen Bojórquez en 1991, con el apoyo escenográfico de Jaime Brambila y la música original de Santiago Hernández, una coreografía pionera en poner los asuntos fronterizos en el marco de la danza moderna en Baja California.

Por lo demás, estamos ante un libro que se lee con placer porque quien lo escribe no se queda en el texto objetivo de la academia, sino que incluye sus propias experiencias en diferentes momentos de la vida de Paralelo 32, lo que le da a esta obra una inmediatez y cercanía que mucho se agradece. Vázquez ha sabido contarnos, desde el principio hasta el fin, la gran aventura de un grupo de jóvenes que decidió ir contra lo establecido y ponerse a danzar en el desierto, contraviniendo lo que sus familias esperaban de ellos, conformando así una compañía que hoy es recordada como la pionera de la danza profesional en nuestro estado. Este libro es un homenaje a su reciedumbre, a su trascendencia, a su generosidad.

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