Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

Boca cerrada

El escandaloso asunto de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, sigue proporcionando información sensible, que nos muestra con toda claridad, el nivel de corrupción en el cual se maneja esta instancia.

Por el derecho a la libertad de expresión.

El escandaloso asunto de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, sigue proporcionando información sensible, que nos muestra con toda claridad, el nivel de corrupción en el cual se maneja esta instancia. La ministra, de acuerdo con lo que se ha denunciado, no es ni licenciada, ni doctora, es una simple delincuente que, aprovechándose de las circunstancias, plagió las tesis y trabajos de investigación de otros catedráticos nacionales y extranjeros. No obstante, la ministra ilegal, alega que esto es producto de gente que quiere dañarla, y por consiguiente, busca interponer cualquier recurso legal para impedir que se publiquen más datos que la incriminen. Su último movimiento fue promover un amparo federal que la protegerá, pero solo hasta que la presión de los académicos y la sociedad se lo permitan

Desconozco el procedimiento, así como los requisitos que se exigen para poder ser miembro de la SCJN, pero me imagino que una vida honesta y un prestigio reconocido, sin antecedentes penales son imprescindibles. En el caso de esta ministra tramposa, ni aunque sea pudo presentar con satisfacción, el título de licenciada y el de doctorado, conseguidos con su esfuerzo personal y con el ejercicio intelectual que exigen las universidades. La ministra chafa y tramposa, prefirió aprovecharse del esfuerzo de otros y facilitarse la vida. Copíó y pegó más de doscientas cuartillas de otros autores. Solo falta ahora que nos enteremos que le pagó a alguien para que leyera, recolectara la información, y le entregara la tesis ya terminada, para que la ministra solo la firmara y la presentara para su examen profesional.

Si tuvo la osadía de plagiar sus tesis, podemos inferir que como profesionista ha estado dispuesta a participar en asuntos ilegales de ese mismo talante. Por consiguiente, nos debe preocupar cómo resolvió los casos legales en los cuales tuvo alguna injerencia. Dada su facilidad para violar leyes y reglamentos, los asuntos deberían revisarse. Pero, no cabe duda de que los que también están involucrados en este lodazal, son los 10 ministros restantes de la SCJN, quienes han mantenido la boca cerrada, sin tomar partido por la legalidad o por el apoyo abierto y decidido a la ministra chapucera. Si tuvieran vergüenza y les interesara refrendar el respeto a las leyes que nos dieron la Patria, a las cuales ellos se suponen deben enaltecer, deberían buscar la forma legal de obligar a la ministra gandalla, a que renuncie y se le enjuicie.

La doble moral de los ministros de la SCJN al permanecer callados, respecto al plagio de la tesis de licenciatura y de doctorado, nos muestra a los mexicanos y al resto del mundo, la verdadera calidad moral que tienen. Ninguna actividad debiera estar siendo sustentada bajo la premisa de conservar una instancia legal a costa de todo. Con este contrasentido, la SCJN se suma a la corriente ilegal que tiene a la impunidad reinando en nuestra sociedad. Vale.

*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

En esta nota