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Aprovechados

No hay duda que el ya ni tan nuevo Sistema de Justicia Penal ha sido un mecanismo que ha beneficiado a muchos presuntos delincuentes de poca monta... 

No hay duda que el ya ni tan nuevo Sistema de Justicia Penal ha sido un mecanismo que ha beneficiado a muchos presuntos delincuentes de poca monta, quienes han pasado por lo que algunos llaman "puerta giratoria" para lograr la libertad al cometer delitos que no ameritan prisión preventiva.

Pero ahora quienes están aprovechando las bondades del sistema de justicia son aquellos considerados delincuentes de "cuello blanco", entre ellos los políticos corruptos que hay en los partidos políticos.

En la lista de quienes se podría decir se han aprovechado de los beneficios del sistema de justicia resalta, en primer lugar, Emilio Lozoya Austin, ex director de Pemex en la administración de Enrique Peña Nieto.

A Lozoya se le ha acusado de robar descaradamente millones de dólares de Pemex y cuando fue trasladado de España a México, se acogió a un "criterio de oportunidad" para evitar pisar la cárcel. Todo lo contrario, lo mandaron a su casa y nadie lo ha vuelto a ver. De hecho ya hay dudas si se encuentra o no en México o si en realidad será sujeto algún día a proceso penal.

Otro beneficiado es Alonso Ancira Elizondo, involucrado en el escandaloso caso de la compra fraudulenta de la planta Agronitrogenados, quien tras llegar a un acuerdo reparatorio de 216 millones de pesos, quedó libre y hasta se dio el lujo de salir fumando un enorme puro.

Y ahora a nivel local, quien entró al selecto club de beneficiados por el sistema de justicia es la ex presidenta del DIF estatal, Brenda Ruacho, esposa del ex gobernador Francisco Vega de Lamadrid, quien de acuerdo al gobierno estatal firmó un acuerdo reparatorio para "devolver el dinero robado del DIF" en la administración de su marido.

Quizá comparado con Lozoya y Ancira parecen poco los 7 millones de pesos devueltos tras disponer ilegalmente de ellos en una cuenta personal, pero es un reconocimiento tácito de la comisión de un delito que quizá hubiera quedado impune de no haberse realizado una investigación a fondo.

Pero la duda queda sobre cuántos "lozoyas", "anciras" y "ruachos" no son detectados por las autoridades o de plano ni siquiera son investigados, a menos de que sean del partido contrario al del poder en turno.

Violencia

Apenas ayer se comentaba en este espacio el grave problema de la violencia en Baja California, cuando los hechos confirmaron esa preocupante noticia: Una balacera en los límites de Baja California y Sonora la tarde del viernes, y ayer una ambulancia fue rafagueada para rematar precisamente a un involucrado en la mencionada balacera.

En estos casos resalta lo que se había comentado hace semanas: Urge la intervención de la Guardia Nacional o el Ejército para tratar de dar más seguridad en el Valle de Mexicali y San Luis Río Colorado, pero parece que ni las alertas emitidas por la Embajada de Estados Unidos sobre el peligro en esa zona mueve a las autoridades federales a actuar.

Los de la Guardia Nacional que anteriormente era la Policía Federal sector caminos, difícilmente se les ve en las carreteras, a menos que sea para extorsionar a los choferes de autotransporte, mientras que los guardias nacionales de operativos parecen desconocer los lugares donde hay mayor violencia.

Así que quizá por eso, ante el incremento en la inseguridad, están los servidores públicos que andan acompañados con "guaruras", que son en realidad policías vestidos de civil .

Según una lista del Ayuntamiento, los que presuntamente tienen vigilancia oficial son la regidora María de la Luz Pérez Rosas, con la agente Florina Retes Romo; el diputado Víctor Navarro, con el agente Rodrigo Buzo; el ex panista y ahora morenista Juan Manuel Molina, quien tiene asignados a los policías Eduardo Sánchez y Jorge Villasana; y el síndico del Ayuntamiento Héctor Israel Ceceña, custodiado por los agentes Raúl Castores, Carlos Crespo y Jacobo Augusto Arenas.

A qué le puede temer un regidor o un diputado que supuestamente se deben al pueblo bueno y sabio.

Pero como dicen por ahí, no puede haber un policía para cada ciudadano, aunque hay privilegiados que sí lo tienen.

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