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AMLO y el paro de las mujeres

Como un fenómeno inesperado, el paro convocado por algunos colectivos de mujeres para el 9 de marzo (“Un día sin nosotras”) sorprendió al gobierno de Andrés Manuel López Obrador quien reaccionó de manera “anti-política”.

Como un fenómeno inesperado, el paro convocado por algunos colectivos de mujeres para el 9 de marzo (“Un día sin nosotras”) sorprendió al gobierno de Andrés Manuel López Obrador quien reaccionó de manera “anti-política”, autoritaria y contra toda visión de un gobierno que avale y apoye la causa de las mujeres, en especial contra la violencia ejercida sobre ellas, que es la causa última de este nuevo movimiento social.

Al paso de los días se ha intentado rectificar por parte López Obrador su primera postura, pero el movimiento y el entusiasmo que ha suscitado esta convocatoria ya ha cobrado una fuerza inusitada en todo el país, recibiendo la adhesión de múltiples actores políticos, de instituciones, universidades y, por supuesto, de los mismos gobiernos que se ha visto absolutamente rebasados por la convocatoria del paro.

Quizás es temerario decirlo en este momento, pero la movilización generada por los grupos feministas y los no feministas en todo el país representa un punto de inflexión para el gobierno de Morena y de AMLO en particular. Nadie hubiera pensado que vendría de este lado, sino de otras fuerzas “oscuras” o de los grupos conservadores que López Obrador ha identificado como sus principales enemigos.

Por eso mismo es preocupante la visión y las opiniones que AMLO externó sobre esta convocatoria y las reacciones que algunos funcionarios y miembros de Morena han tenido sobre el paro de las mujeres, intentando desarticularlo y desprestigiarlo, apelando a una visión conspirativa.

Lo primero que hay que resaltar de la postura del presidente, que ha estado ahí desde el inicio, es la visión maniquea que tiene sobre los movimientos políticos y sociales que hay en México. Para AMLO, las únicas fuerzas o grupos que se oponen o están en contra de él o de su gobierno son los de la derecha, o de los conservadores, para ser más precisos.

Si hay un movimiento o ciertos grupos sociales que asumen posturas en contra de su gobierno, es porque son de derecha o le hacen el juego a esas fuerzas políticas. Así clasificó al movimiento de las mujeres que están protestando y luchando para combatir el feminicidio o la discriminación contra ellas. El mensaje de AMLO es simple: si no quieres que te coloque de lado de los conservadores, no protestes contra mi gobierno que, además, sí está apoyando a las mujeres. Con esto, AMLO inmoviliza a sus opositores y a sus críticos y simultáneamente mantiene la cohesión de sus seguidores y simpatizantes.

Otra visión preocupante, por lo que denota y representa, es que para López Obrador este gobierno (es decir, su gobierno) no debería ser cuestionado por ninguna fuerza política o social porque, a diferencia de otros, este sí representa al pueblo o es del pueblo. Salvo la derecha o los conservadores, que están en contra del pueblo, el resto debería entender lo anterior y apoyar al gobierno. Pero si no lo hacen, se ponen de lado de los conservadores.

Este es el lío discursivo en el que se metió con el caso de las mujeres. La lucha de las mujeres (diría Amlo) sí es legítima, pero la derecha y los conservadores se están aprovechando de su movimiento para desestabilizar mi gobierno. Es decir, para impedir esto último en la mirada de AMLO, las mujeres no deberían movilizarse o protestar contra su gobierno, pero tampoco ningún otro movimiento o ningún otro actor que tenga críticas contra López Obrador.

Bajo esta mirada, profundamente maniquea, AMLO invalida todos los movimientos, las protestas y las críticas que haya contra su gobierno, como lo quiso hacer ahora con las mujeres, pero cometió un grave error, porque si hay una causa que reclama urgentemente acciones y soluciones es el de la violencia contra las mujeres.

El paro de las mujeres del 9 de marzo, que ha suscitado el apoyo de gran parte de la sociedad a nivel nacional, marcará una pauta en los próximos acontecimientos y obligará al gobierno de AMLO y a todos los demás a tomar acciones más eficaces para proteger la vida de las mujeres en este país.

El gobierno de Morena quedará como un gobierno insensible, opuesto a las mujeres y sus causas más urgentes, un gobierno conservador, conspirativo, maniqueo, manipulador, que divide y polariza a la sociedad ideológicamente, que es todo lo contrario de lo que sería un gobierno progresista, democrático o de izquierda. Es decir, este será un movimiento que marcará negativamente a la 4T.

La lección de este movimiento, que es inédito en nuestro país, pero sobre todo sorpresivo para López Obrador, cuya apuesta era que hasta ahora no había ninguna fuerza que compitiera con su capacidad de movilización política, es que con su “ausencia” las mujeres podrán demostrar su enorme poder y obligar al gobierno a adoptar nuevas políticas. Estamos en el umbral de un cambio, aunque sea difícil de entender para los amloistas.

*El autor es analista político

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