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Cometas

El doce de octubre podremos ver a simple vista el cometa C/2023 A3 Tsuchinshan-ATLAS, no volverá a pasar cerca de nosotros en los próximos 26,000 años.

Ricardo  Menéndez

El doce de octubre podremos ver a simple vista el cometa C/2023 A3 Tsuchinshan-ATLAS, no volverá a pasar cerca de nosotros en los próximos 26,000 años. Entiendo que con unos buenos binoculares o un telescopio de aficionado se verá claramente la majestuosidad de su cola. Anticipo generará mucho ruido en el pensamiento mágico colectivo. Así ha sido a lo largo de la humanidad, los cometas han indicado un momento específico en el tiempo al estudiar la historia antigua. Los cometas eran presagio de algo, generalmente catastrófico. El miedo que generaban estos fenómenos tiene que ver con los orígenes primitivos de las creencias. Los astros en general y los cometas en particular han generado tanta ansiedad que siempre se preocuparon por registrarlos. Los Mayas, por ejemplo, fueron grandes astrónomos, con sus cálculos podían predecir un eclipse, no un cometa, pero sí lo dejaban registrado con mucha exactitud, dejaba huella. Este será el cometa del momento, quizá de una fase de la historia

donde ha reaparecido la incertidumbre internacional como nunca antes. Este cometa puede tener esa huella como momento histórico de la humanidad en que aparece, y su circunstancia social. Estos fenómenos astronómicos que podemos ver a simple vista, como en la antigüedad, con obscuridad total, pueden generar lo que se llama experiencia cósmica, como psicoanalista soy crítico de Jung, no me refiero a un inconsciente colectivo. La experiencia cósmica puede suceder simplemente mirando perdidamente las estrellas, y si no hay luna mejor. La sensación de vacío puede dar escalofríos, se puede romantizar como algo místico, la realidad es que ver fotos de galaxias cercanas al origen del universo no impacta tanto como un cometa en tiempo real, la fugacidad del fenómeno lo hace aún más relevante, como si tuviera un sentido mágico o religioso, ha perdido mucho ahora que sabemos que son simples rocas grandes, sin embargo, la idea de que es signo de cambio, algo premonitorio, persiste, o eso anticipo, dentro de un par de semanas veremos si genera expectación y se hace viral o estamos tan sumergidos en las batallas locales que pase desapercibido para la mayoría. Elon Musk, un personaje realmente único en la psicopatología, predice que un cometa terminará con la vida y por eso quiere llegar a marte… Nuestro tiempo será recordado como aquel en el que se hablaba todos los días de un posible conflicto nuclear internacional. Mirar fijamente durante unos minutos un pedazo de cielo despejado, puede ser una experiencia cósmica, una experiencia del orden de lo sublime, donde hay una fusión entre el yo y el universo, aunque sea por un instante. Será una chispa perdida de la creación. Los cometas no anuncian nada. Simplemente son.”, Carl Sagan.

*- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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