Problemas en Rosarito

Vaya avispero que se ha levantado entre las filas de la Policía Municipal de Rosarito, tras el ataque armado hacia su director Alfredo Torres Franco y sus escoltas.

Si bien su estado de salud es estable, algunas balas lo alcanzaron y se abre la incógnita sobre si se trata de un mensaje o si habrá más agresiones hacia policías rosaritenses. Y es que, para variar, no hay detenidos para conocer los motivos del ataque, pues según el Secretario de Seguridad Ciudadana de ese municipio, Francisco Javier Arellano Ortiz, no hubo alertas previas que indicaran amenazas en contra del mando policiaco.

Lo cierto es que habrá cambios en los mandos, una vez que inicie la próxima administración, pues la alcaldesa electa Rocío Adame ha hecho manifiesto su interés en que se renueve la Policía tras el sinnúmero de quejas ciudadanas por el actuar de los elementos.

Por lo pronto, aunque se dijo que no se aumentaría la seguridad, a las afueras de las oficinas de la alcaldesa y diputada federal electa, Araceli Brown, el número de escoltas arremolinados fue más que evidente, pues al menos diez, sí, diez elementos custodiaban la puerta de la Presidencia Municipal... como dice el dicho popular: Zacatito pa’ l conejo.

Habrá que ver qué pasa en los siguientes días, pero se prevé que pudiera haber una desbandada de agentes, sobre todo de aquellos cercanos a los mandos. De las investigaciones, ojalá y no quede como en muchas ocasiones “encapsulada” en la conocida y trillada frase de “estamos investigando”.

TERCERO EN DISCORDIA

Parece que cada vez más personas, dentro y fuera del Poder Judicial del Estado, han tomado nota de lo que pasa en torno a la designación que se pretende llevar a cabo, más que elección, del nuevo magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), una vez que el togado Jesús Espinoza Orozco pase a retiro obligado en septiembre próximo al cumplir siete décadas de vida.

Y es que si bien se entienden los afectos y relaciones personales que pudieran existir entre dos de los protagonistas de esta historia, con dos de los candidatos a suplir al magistrado Espinoza, el asunto ha metido mucho ruido a la supuesta independencia en la toma de decisiones del Poder Judicial del Estado y sobre todo ante la fuga de documentación e información que, a favor de uno de los perfilados, se ha venido dando.

Para que no quede duda, los protagonistas de esta lucha de poder son el diputado ex panista, ex emecista y ahora morenista Juan Manuel Molina, así como el poderoso director jurídico del Ejecutivo, Juan José Pon Méndez, quienes impulsan con todo a Salvador Avelar Armendáriz y Karina Acosta Duéñez, amigo y socio del primero, y esposa del segundo, respectivamente. Independientemente de las capacidades de ambos aspirantes, que sin duda alguna la deben tener, lo que el resto de los contendientes a alcanzar ese cargo judicial cuestionan, son las facilidades que se brindan a por lo menos uno de ellos a quien, según se escucha entre las indiscretas paredes del Poder Judicial del Estado, le “filtraron” el examen y entrevistaron en menos de una hora, retirándose entre risas, mientras al resto, que abandonaron el lugar con cara de preocupación, duraron hasta tres horas.

Comentan entre abogados y catedráticos de Derecho que los bajacalifornianos deben con un Poder Judicial fuerte, confiable, capaz, independiente, autónomo e impecable, sin mancha de favoritismos o nepotismo, por lo que se deben tomar cartas en el asunto y puede surgir un tercero en discordia para evitar esa mancha. Por el momento el concurso de oposición se encuentra “empantanado” porque varios aspirantes impugnaron los resultados de la entrevista, donde intencionalmente les colocaron un puntaje menor a los dos mencionados líneas arriba.

Es lamentable ver el pleito para tratar de poner a sus preferidos, mientras en el listado hay personajes con toda una trayectoria en el Poder Judicial, jueces con miles de horas de experiencia e incluso hasta maestros de juzgadores, a quienes no se les dará la oportunidad de ocupar el importante cargo de magistrado, la culminación de su carrera judicial.

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