Xóchitl va
Voy a repetir lo que dije antes de las elecciones, Xóchitl no me gustaba para Presidente de la República.
Por el derecho a la libertad de expresión.
Voy a repetir lo que dije antes de las elecciones, Xóchitl no me gustaba para Presidente de la República. No voté por ella. Pero tampoco voté por Claudia. No voté por ninguno de los candidatos a las otras posiciones gubernamentales, pero sí acudí a las urnas, aunque me abstuve. Ambas, Xóchitl y Claudia, tenían sus particularidades y algunas de ellas, en las dos, no me gustaban. Sin embargo, ahora que las cosas ya se definieron y que la enorme mayoría de los ciudadanos mexicanos, eligieron a una de ellas que ya es virtual presidente de México, descubro aspectos de Xóchitl que sí me agradan. Veamos.
Primero, veo a una mujer que emprendió una campaña político electoral, con muchas desventajas. Se enfrentó con muchas dificultades, a un partido político gobernando, con una candidata que tenía todo el apoyo y los recursos más que suficientes, para desarrollar una campaña victoriosa. La designación de Xóchitl no fue un acto premeditado y previsto con antelación, sino más bien, producto de las circunstancias. Los tres partidos formando una coalición política, de manera circunstancial decidieron hacerla candidata, pensando de manera infantil que con ella llegarían a ocupar la silla presidencial. La conducta oportunista de la coalición no logró su meta, porque Xóchitl no estaba a la altura de las circunstancias y no tenía el perfil requerido e ideal. No obstante, su determinación y el esfuerzo que le puso a la campaña, le permitieron lograr un alto número de sufragios.
Antes del día dos de junio, la mayoría del pueblo de México, ya sabíamos cuál iba a ser el resultado de las votaciones. Nuestras familias, los vecinos, la gente con la cual nos mezclamos e interactuamos, ya habíamos manifestado nuestras convicciones. Las concentraciones en las ciudades del país, cuando Xóchitl las visitaba, no aglutinaban muchos ciudadanos, con lo cual íbamos teniendo un mensaje claro, de hacia dónde iban las preferencias. Los dirigentes de los partidos coaligados a su alrededor no mostraban interés en ella y se confirmaba el desdeño, por las escasas mantas y pegas de su propaganda. Xóchitl fue boicoteada desde el interior de la coalición, y por consiguiente, fue un factor más para que perdiera la elección.
Durante la madrugada del 3 de junio, Xóchitl de manera correcta, con entereza y decisión, con la seguridad que da la confianza en uno mismo y el respeto que nos debemos, con el deber que estamos obligados a cumplir, le llamó a Claudia Sheinbaum y la felicitó por haber sido electa por los ciudadanos mexicanos, reiterándole sus buenos deseos por ella y por México. A Marco Cortés, dirigente nacional del PAN, esta correctisima actitud de felicitar a Claudia y de reconocer su derrota, le molestó. Este dignísimo dirigente, que, con seguridad, debió haber seguido la campaña desde un mullido sillón, echó de gritos.
Xóchitl, debe estar segura de que muchos mexicanos estamos de acuerdo en que haya felicitado a Claudia y reconocido su derrota. No cabía ninguna otra cosa después de la enorme votación producida. Además, cuando hace su declaratoria de reconocimiento, esta es escuchada como una declaración de la coalición, le duela a quien le duela, así sea el dirigente nacional del PAN. Xóchitl sigue siendo la representante de la coalición y sus actos futuros así se verán. Su alto espíritu ciudadano y su civilidad, solo le da más brillo a sus actos. Desde ahora en adelante, los partidos que la llevaron a la campaña deben ser solidarios con sus actos, porque les produjo votos que, con otro candidato, probablemente hubieran recibido menos.
Por cierto, cuando Xóchitl dice que la felicitación a Claudia fue hecha en lo personal, eso es totalmente falso. Ella era la candidata perdedora de las elecciones, y, por consiguiente, seguía siendo integrante de la coalición, así que, cualquier declaración sobre el tema, fue obligadamente hecha en nombre de los partidos que la integran. Con la felicitación hecha por Xóchitl, la realidad es que, Marco Cortés, también felicita a Claudia. Vale.
*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
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