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Diálogo empresarial

Los mexicanos somos personas de costumbres, frecuentamos locaciones que nos brindan una sensación de tranquilidad o agrado, y es difícil cambiar nuestro comportamiento de manera repentina. Solemos hacer nuestras compras en las mismas tiendas y visitamos con frecuencia los restaurantes que nos hacen sentir como en casa. En particular hay unos que nos brindan incluso un sentimiento de nostalgia, que nos recuerdan grandes anécdotas en familia y que sabemos que podemos contar con ellos y con los sabores que nos hacen recordar. En esta ocasión quiero brindarle este espacio a la historia de nuestra ciudad, a un establecimiento que le ha dado grandes memorias y experiencias únicas a sus habitantes, que por más de 80 años ha permanecido y se ha convertido en una de los mayores casos de éxito que el sector restaurantero y empresarial tendrá para relatar en el futuro, me refiero al Bol Corona. Con todo el respeto que merece esta gran empresa, me permito relatar un poco de su historia así como un reconocimiento a Leopoldo “don Polo” Borquez, nieto del fundador y actual administrador. En 1934 don Ángel, fundador de la empresa, instala el Club Corona boliche y cantina, en la avenida Revolución de Tijuana, iniciando así la historia de un gran éxito; posteriormente, en 1952, renueva su menú con los burritos como platillo principal e instala el primer boliche automatizado de México, lo que le convirtió en una de las principales atracciones de nuestra ciudad. Para el año de 1960 Bol Corona se consolida como el lugar de encuentro de locales y visitantes en la avenida Revolución, por su atractiva oferta de entretenimiento y gastronómica, para en el año 1971 inaugurar la primer sucursal de venta de burritos en el bulevar Agua Caliente. Con esta expansión lograron incrementar su mercado y llegar a cada vez mas tijuanenses que comenzaron a convertir a Bol Corona en un aspecto no solo de sus vidas sociales sino también laborales. Pero sin duda alguna las historias de éxito siempre tienen momentos que los hacen más fuertes y ponen a prueba la entereza y dedicación de su gente, no es la excepción Bol Corona, ya que en el año de 1990 sufre un devastador incendio que consume su establecimiento. Sin embargo, "don Polo", con una visión empresarial única inicia con la apertura de pequeños restaurantes de burritos en puntos estratégicos, generando una expansión significativa en la ciudad. Es así como inicia de nuevo la historia de una leyenda de nuestra ciudad. Como toda empresa exitosa es momento de reposicionarse en el mercado y es así que "don Polo" en 2010 decide renovar su imagen y reacondicionar sus tiendas para una nueva etapa de éxito. Es así como Bol Corona al día de hoy se encuentra en la memoria de tantos tijuanenses, que han vivido experiencias únicas en sus establecimientos, por la historia que le brinda ese arraigo. Mi reconocimiento a la familia Borquez por ese esfuerzo contante y mi más profundo agradecimiento por permitirnos al sector restaurantero un orgullo tan grande, como es el hecho de llamarnos tijuanenses. El autor es dirigente de Canirac.

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