Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Tecnología / Robot

Este robot que cambia de forma podría ayudarnos a explorar mundos lejanos

Este robot ha sido diseñado por el experto en robótica Ali Agha y varios colaboradores de las universidades de Stanford y Cornell.

¿Por qué enviar un solo robot a explorar un mundo cuando puedes enviar un montón de ellos al mismo tiempo? Esta es la idea detrás del Shapeshifter de la NASA: un robot modular, que cambia de forma y se ensambla así mismo, que además es capaz de desplegar varias máquinas más pequeñas.

Este robot conceptual está siendo desarrollado actualmente como parte del programa Innovative Advanced Concepts (NIAC) de la NASA, que anima a los investigadores a idear formas creativas de explorar planetas distantes. Este robot ha sido diseñado por el experto en robótica Ali Agha y varios colaboradores de las universidades de Stanford y Cornell, que además han trabajado codo con codo con el Jet Propulsion Lab de la NASA, según un comunicado de prensa de la agencia espacial.

Este robot anfibio volador todavía está en su etapa embrionaria de desarrollo, pero si finalmente resulta un diseño factible, podría usarse para explorar el entorno dinámico de la luna de Saturno Titán, el único objeto en el Sistema Solar —sin contar la Tierra— que alberga líquido en su superficie (aunque se trata de metano líquido), indica Gizmodo.


Hasta ahora, las primeras pruebas de Shapeshifter han dado resultados prometedores. Actualmente, este prototipo impreso en 3D puede moverse rodando por el suelo, pero también puede partirse por la mitad, y hacer que la parte superior actúe como un dron. Agha y sus compañeros dicen que esto es solo el comienzo. Eventualmente equiparán al bot con componentes para hacerlo nadar, flotar y navegar a través de cuevas y otras muchas situaciones.

De hecho, tal artilugio sería perfecto para Titán, debido a sus extensos mares y ríos de metano y su compleja topografía. Titán, además de albergar una serie de sistemas de cuevas, también podría contener volcanes helados que tienen erupciones de amoníaco y agua, según la NASA. Tener un robot capaz de explorar todo esto sería increíble.

“Tenemos información muy limitada sobre la composición de su superficie. Creemos que hay un terreno rocoso, lagos de metano y criovolcanes, pero no lo sabemos con certeza”, dijo Agha en el comunicado de la NASA. “Así que hemos pensado en cómo crear un sistema que sea versátil y capaz de atravesar diferentes tipos de terreno, pero también lo suficientemente compacto como para poder lanzarlo en un cohete”.


Según la idea inicial, el Shapeshifter será un robot que cambie de forma, modular y que se pueda volver a ensamblar, compuesto por robots más pequeños denominados “cobots”. Cada cobot estaría equipado con un pequeño propulsor, que les permitiría moverse independientemente uno del otro. Según la NASA, los cobots “también podrían hacer espeleología o podrían convertirse en una esfera para rodar sobre superficies planas y conservar mejor su energía”.

Una vez sobre la superficie de Titán, la parte encargada del aterrizaje, o “nave nodriza”, en palabras de Agha, se encargará de proporcionar energía a su ejército de cobots. El módulo de aterrizaje también estaría equipado con varios instrumentos y herramientas científicas. El equipo estima que cabrán 10 cobots dentro del módulo de aterrizaje, que mide aproximadamente 3 metros de ancho, muy similar al módulo de aterrizaje Huygens que visitó Titán en 2005. Pero a diferencia de otros módulos de aterrizaje, éste podría volar a través del la densa atmósfera de Titán.

Actualmente, Shapeshifter es semiautónomo y requiere de ciertas órdenes humanas. Con el tiempo, este robot será totalmente autosuficiente, y tendrá que lidiar con las complejas condiciones de Titán. Tener personas encargadas de controlar la misión operando completamente el sistema desde la Tierra sería algo muy incómodo, dado que las señales tardan 70 minutos en llegar a Titán.

Obviamente todavía queda mucho trabajo por hacer, y el Shapeshifter está lejos de estar terminado. Afortunadamente, para 2026 está programado el lanzamiento del módulo de aterrizaje Dragonfly, que llegará a Titán en el año 2034.

En esta nota