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El Imparcial / Sonora / Unison

Ve necesario revisar en Ley 4 "lo que funciona y lo que no"

El ex rector Jorge Luis Ibarra Mendívil considera que hay aspectos de la actual normativa universitaria que admiten mejoras, pero cualquier cambio debe ser analizado a profundidad.

HERMOSILLO, Sonora.-Ante la posibilidad de que exista una reforma a la ley orgánica de la Universidad de Sonora (Unison), el ex rector Jorge Luis Ibarra Mendívil consideró que antes de realizar un cambio a la Ley 4 se debe hacer una consulta extensa en la que participen diversos actores y se reconozca lo que funciona y lo que no.

Fue el 26 de noviembre de 1991 cuando la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado publicó, en el Boletín Oficial, la Ley Número 4 aprobada por el Congreso estatal.

Ahora, son 20 los académicos que impulsan el proyecto que busca hacer cambios en la ley que actualmente norma la vida universitaria.

Entre las actualizaciones que consideran necesarias están: Que el rector o rectora no pueda reelegirse, que la Junta Universitaria esté conformada por académicos y que exista más participación estudiantil en el Gobierno de la Máxima Casa de Estudios, entre otros temas.

Para Ibarra Mendívil, en los más de 30 años que lleva esta ley en la Unison hay aspectos que han funcionado y otros que tal vez requieran una modificación, que antes de hacerse debe analizarse a profundidad.

ÁREAS DE OPORTUNIDAD

Entre los aspectos positivos, mencionó, están la conformación del sistema universitario con un equilibrio de competencias de los diferentes órganos personales y colegiados, modelo que fue tomado de la Universidad Autónoma Metropolitana, que implementó su ley orgánica en los años 70.

“Creo que frente a una posibilidad de reforma de la ley orgánica o de una nueva ley orgánica, debe de reconocerse qué es lo que sí ha funcionado, no se pueden tirar por la borda 30 años de experiencia.

Para mí, el sistema de organización divisional y agrupación de los departamentos sigue siendo válido; el sistema de equilibrio de competencias sigue siendo importante y válido”, dijo.

La ley orgánica, en 1991, respondió al entorno de ese entonces, por lo que es necesario reconocer que hay cosas que no han funcionado, externó Ibarra Mendívil.

Uno de los aspectos que se pueden modificar, señaló, es la estructura de la Junta Universitaria: Que sean más representantes académicos o que la elección de rector se haga a través del Colegio Académico con la participación de maestros y alumnos.

“Soy de la idea de que, efectivamente, debemos reconocer que a través del tiempo hay sectores importantes de la universidad que han cuestionado las formas de elección de las autoridades, por ejemplo, deseado o propuesto una mayor participación de los universitarios en la toma de decisiones, particularmente en el nombramiento de los órganos personales y de manera muy especial el nombramiento del rector, que es una competencia que actualmente es propia de la Junta Universitaria”.

Para esto el ex rector consideró que puede modificarse ya sea la conformación de la Junta Universitaria, la forma de elección de la misma e incluso la forma de elección de rector.

Y es que, para él, se requiere de una mayor participación de académicos y de los propios alumnos en la toma de decisiones, pero también es de importancia mantener lo que está bien.

CONSULTAS

La estructura universitaria por departamentos y divisiones según los campos de estudio ha sido una buena forma de delegar responsabilidades y brindar una mayor cobertura en todas las unidades regionales, destacó.

Pero antes de tomar una decisión, el Gobierno del Estado, las autoridades universitarias y los diputados de quienes depende la misma deben realizar las consultas correspondientes.

Según la Ley de Educación, en su artículo 2, en el caso de la Educación Superior, siempre que se realicen modificaciones en su estructura interna se debe hacer una consulta con los actores involucrados, explicó.

Para ello es necesario que se involucre y tome en cuenta a las autoridades, representantes de los académicos y ex funcionarios de educación, así como a expertos en Educación Superior, órganos como la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) y ejemplos de otras universidades, indicó.

Pero también de la sociedad sonorense, de parte de sectores productivos, empresariales, funcionarios y ex funcionarios, ex miembros de la Junta Universitaria y ex rectores que han podido estar antes y después de la Ley 4.

DESDE SUS INICIOS...

A Ibarra Mendívil le tocó la etapa de adaptación de la Ley 4 -que entró en vigor en 1991-, pues estuvo al frente del Alma Máter de 1993 a 2001, años de de implementación de los nuevos lineamientos y de estabilización para la universidad.

El ex rector destacó que durante su periodo se definieron algunos aspectos de la Ley 4, como la conformación de órganos colegiados, y se logró la apertura de programas de estudio de gran relevancia, como el de Medicina.

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