El callejón del beso, lleno de romance

El callejón del beso, lleno de romance
Una de las ciudades más visitadas en el Sur del Estado es sin duda el Pueblo Mágico de Álamos, Sonora, ya que sus calles y callejones guardan historia y leyendas que a todo mundo les gusta escuchar.
Una leyenda muy famosa en Álamos es la del callejón del beso es por eso que Juan Vidal, el cronista de la ciudad, expresó a cerca de su historia, pues data de hace muchos años y ha sufrido cambios.
Señaló que el callejón del beso fue de las primeras construcciones de la ciudad, aunque en octubre de 1968 se destruyó casi en su totalidad, a causa de una creciente del arroyo de la Aduana y permaneció destruido a finales de 1800.
El cronista contó que en las casas que lo formaban había 2 balcones con sus rejas muy juntas, ahí vivían un joven y una señorita que estaban enamorados, sin embargo,sus familias eran enemigas, entonces como no podían verse se encontraban en el balcón y se besaban, ya que las rejas de sus balcones estaban muy cerca.
En la actualidad sólo se encuentra un balcón, por la gran inundación que hubo hace algunos años, así como también es mucho más amplio y es muy común que los visitantes se besen al pasar por ahí como símbolo para sellar su amor.
El pueblo mágico de Álamos sorprende con su arquitectura y sus tradiciones. El pueblo se fundó el 8 de diciembre de 1685.
Originalmente se le llamó Real de la Limpia Concepción de los Álamos y también Real de los Frailes. Alguna vez ciudad colonial, tuvo su esplendor gracias a la minería, de acuerdo con la historia.
También llamada “La Ciudad de los Portales”, Álamos fue construida por unos arquitectos provenientes de la ciudad de Andalucía, España.
Debido a esto la arquitectura de esta hermosa ciudad es una fusión entre el estilo barroco español y el indígena.
Los visitantes se besan al pasar por el callejón del beso, ubicado en el Pueblo Mágico de Álamos para sellar su amor.
Sólo queda un balcón
Callejón del beso: Fue una de las primeras construcciones en Álamos.
Los visitantes se besen al pasar por ahí como símbolo para sellar su amor.
En octubre de 1968 se destruyó casi en su totalidad, a causa de una creciente del arroyo de la Aduana.
Una leyenda muy famosa en Álamos es la del callejón del beso es por eso que Juan Vidal, el cronista de la ciudad, expresó a cerca de su historia, pues data de hace muchos años y ha sufrido cambios.
Señaló que el callejón del beso fue de las primeras construcciones de la ciudad, aunque en octubre de 1968 se destruyó casi en su totalidad, a causa de una creciente del arroyo de la Aduana y permaneció destruido a finales de 1800.
El cronista contó que en las casas que lo formaban había 2 balcones con sus rejas muy juntas, ahí vivían un joven y una señorita que estaban enamorados, sin embargo,sus familias eran enemigas, entonces como no podían verse se encontraban en el balcón y se besaban, ya que las rejas de sus balcones estaban muy cerca.
En la actualidad sólo se encuentra un balcón, por la gran inundación que hubo hace algunos años, así como también es mucho más amplio y es muy común que los visitantes se besen al pasar por ahí como símbolo para sellar su amor.
El pueblo mágico de Álamos sorprende con su arquitectura y sus tradiciones. El pueblo se fundó el 8 de diciembre de 1685.
Originalmente se le llamó Real de la Limpia Concepción de los Álamos y también Real de los Frailes. Alguna vez ciudad colonial, tuvo su esplendor gracias a la minería, de acuerdo con la historia.
También llamada “La Ciudad de los Portales”, Álamos fue construida por unos arquitectos provenientes de la ciudad de Andalucía, España.
Debido a esto la arquitectura de esta hermosa ciudad es una fusión entre el estilo barroco español y el indígena.
Los visitantes se besan al pasar por el callejón del beso, ubicado en el Pueblo Mágico de Álamos para sellar su amor.
Sólo queda un balcón
Callejón del beso: Fue una de las primeras construcciones en Álamos.
Los visitantes se besen al pasar por ahí como símbolo para sellar su amor.
En octubre de 1968 se destruyó casi en su totalidad, a causa de una creciente del arroyo de la Aduana.
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