Dos o tres veces al año, Maritzí acude desde Veracruz a la Casa de la Misericordia para servir a la comunidad migrante

NOGALES.- Para la médica ginecóloga retirada Maritzí González Romanillos, venir a Nogales desde Coatzacoalcos, Veracruz, a la Casa de la Misericordia y de Todas las Naciones para atender a los migrantes que se encuentran en el albergue es algo que hace por convicción de ayudar a personas en situación de vulnerabilidad.

Vengo dos veces al año, hay veces hasta tres, para apoyar en su labor a la madre Angélica Macías, directora del albergue, dependiendo de las circunstancias y necesidades que tenga, ya que a menudo realiza campañas de salud entre los migrantes."

“La verdad es que yo soy jubilada y ya estoy sola por allá en Veracruz. Tengo una hija que es doctora, pero vive y trabaja en Inglaterra y vengo a dar consultas a quien las requiera”, comentó.

Nogales

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Cuando recién llegó, brindó 15 consultas el primer día y también le ha tocado, durante su estancia, atender lesiones de niños que se accidentan jugando, incluso un caso de apendicitis y un embarazo, entre otras enfermedades respiratorias o digestivas, propias de los cambios climáticos, dijo.

¿Por qué lo hace?, se le preguntó.

Lo que pasa es que yo conozco a la madre Angélica desde hace 40 años y trabajamos juntas cuando ella era religiosa y hacía misiones en su congregación, y cuando iba a Coatzacoalcos yo siempre la ayudaba. Hicimos gran amistad."

“Mi madre era una persona generosa a la que le encantaba servir, y siempre teníamos en casa a sacerdotes y religiosos, y me acostumbré a eso”, contestó al mencionar que era propietaria de un sanatorio durante 35 años, antes de retirarse. Agregó que desde hace mucho tiempo ayuda a los migrantes porque ha visto, escuchado y sentido sus sufrimientos, con desgarradores testimonios en sus viacrucis por llegar a la frontera.

“Por Veracruz, es paso casi obligado de miles de familias enteras que dejan sus lugares de origen por terribles injusticias, y ayudarlos me hace sentir útil a Dios, sirviendo al prójimo que más lo necesita”, confió.

Maritzí reveló que al ver tanto sufrimiento entre la comunidad migrante y encontrarse sola en Coatzacoalcos, está sopesando venir a vivir a Nogales y servir de lleno en todas las actividades de la Casa de la Misericordia, porque el convivir con todas esas personas la hacen sentir útil y como en familia, además de que la reconforta espiritualmente.

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