Realizan fariseos la quema de máscaras como parte del Sábado de Gloria

HERMOSILLO, Sonora.-El grupo de fariseos de la ramada de la colonia Revolución I, celebró el Sábado Santo o Sábado de Gloria, con las tradicionales corridas y la quema de máscaras.

Desde tempranas horas, gran cantidad de personas se dio cita en la explanada localizada a espaldas de la colonia Revolución I, para presenciar una de las tradiciones sonorenses más esperadas de la Cuaresma y que anuncia que la Semana Santa llega a su final.

De acuerdo a la explicación que realizó el fariseo Luis Castro, después de la procesión que se realizó el día anterior, donde crucificaron a Jesús y su cuerpo desaparece, los fariseos representan a los soldados romanos responsables de hallar los restos.

Lo que representan

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“Todo inicia el Jueves Santo, cuando te entregan a una persona que representa Jesús y te dicen: ‘Así como te la entrego, así me lo tienes que entregar, tú eres el responsable de cuidarlo’, pero ayer crucificaron al Señor y el cuerpo desaparece.

“Es cuando el fariseo”, agregó, “hoy Sábado de Gloria es cuando Pilatos te pregunta: ‘¿Dónde está? Yo te lo entregué. Entonces, el fariseo no sabe dónde está, el cuerpo desapareció y resucitó al tercer día, y cuando aquí te lo entregan te dicen: ‘Si se te va o le pasa algo a la persona, vas a responder con tu cabeza”.

Es por eso que se realiza el Sábado Santo la quema de máscaras, según explicó, que representan a la cabeza de los soldados responsables de cuidar el cuerpo de Jesús.

Pero antes de llegar a ese punto, el joven de 27 años de edad, aclaró que se realizan tres corridas que tienen distintos significados y en las que se utilizan objetos representativos, como la hoja de álamo, que simboliza el camino que llega al cielo, sustituido por una cortina blanca puesta en una ramada.

Corridas de los fariseos

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En esta etapa del ritual, Luis Castro comentó que el fariseo en la primera corrida el fariseo se empieza a deslindar de sus pecados, representados por los huaraches y los cascabeles, en sentido de abajo hacia arriba.

Durante la segunda corrida el fariseo se desprende de su cinturón y la cobija, que es el hábito en el atuendo, y en la tercera corrida se desprende de la cabeza, en este caso, la máscara, quedando el fariseo con vestimenta blanca y significa que quedó libre de pecado.

El ritual dura varias horas y finaliza su primera etapa con la quema de máscaras, además de la detonación de cohetes, anunciando el canto de gloria.