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El Imparcial / Hermosillo / Historias de vida

Historia de vida: Raquel está orgullosa de su trabajo como vendedora ambulante

Raquel Espinoza Reyes asegura que esta labor que ha desempeñado por 26 años le permitió sacar adelante a sus cuatro hijos.

HERMOSILLO, Sonora.- Por la calle Mariano Matamoros y avenida Plutarco Elías Calles, se ubica el reconocido y tradicional puesto, donde se venden distintos tipos de semillas como cacahuate, almendra y nuez, atendido por Raquel Espinoza Reyes, y quien expresó que está muy orgullosa de su trabajo.

“Estoy muy orgullosa de mi trabajo”, dijo Raquel Espinoza, vendedora de productos regionales por 26 años en la colonia Centro, con dicha actividad logró dar estudio a sus cuatro hijos.

También vende una variedad de postres regionales como obleas, coyotas, coricos, garapiñados o productos como miel de abeja, salsa, chiltepín rojo, verde y nopalitos.

Tengo bolsitas de semillas surtidas que han tenido mucho éxito”, señaló.

Parte de su clientela son nutriólogos que recomiendan el consumo de semillas, por lo que regularmente llegan a abastecerse del negocio.

Es tan grande el afecto y la dedicación a lo que comenzó desde cero, que viaja a buscar los productos en distintas regiones del Estado de Sonora, relató, como los ponteduro de Magdalena o las obleas de San Pedro de la Cueva.

"En esta esquina tengo desde el 95”, comentó, antes de comenzar a establecer el negocio de productos regionales, trabajó durante 12 años en el mercado donde vendía frutas y verduras.

Desde el comienzo las ganancias del negocio lograron que Raquel diera estudio a sus cuatro hijas, de las cuales tres ya terminaron su carrera universitaria y se independizaron, mencionó.

Toda mi vida siempre ha sido alrededor del mercado, tengo clientes que todavía me siguen hasta aquí, son como familia”, explicó.

La hermosillense se encuentra agradecida con todas las personas que ayudaron a impulsar su negocio, entre sus clientes, creadores de contenido y un conductor de televisión que hizo alguna vez en su programa un recorrido por el Centro.

“Gracias a Dios aquí encontré la forma de trabajar”, indicó.

Está feliz por el gran logro que llevó a su familia seguir creciendo y planea mantener por mucho tiempo más la tradición.

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