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Los primos Gándara y la Elección 2015

Unos alicaídos primos Gándara fueron quienes tejieron la alianza PRI-PAN en Sonora. Lo que natura no dio, la familia prestó.

Hace seis años todo indicaba que un Gándara sería el próximo gobernador. Claudia Pavlovich aparecía lejos de Ernesto en las encuestas, mientras Javier aventajaba por más de 10 puntos al PRI. ¿Cómo es que los primos soltaron la gubernatura que ya acariciaban?

En primera instancia, una serie de escándalos cambió la contienda interna. En septiembre del 2014, la revista Proceso publicó que Ernesto Gándara había gastado hasta ese mes 5 millones de dólares para sostener una estructura de campaña compuesta por un centenar de personas laborando en once oficinas distribuidas en varios municipios e incluso en territorio estadounidense. En ese entonces, Gándara defendía a ultranza sus votos legislativos en pro de las reformas de Peña Nieto, que ya generaban creciente rechazo.

Pero el golpe letal vino después. Ernesto fue ligado a Rafael Humberto Celaya Valenzuela, director administrativo de Agua de Hermosillo durante su administración (2006-2009) y promotor de su candidatura al Senado (2012). “El Gordo”, detenido en España (08/2012) y condenado a prisión en Estados Unidos (10/2014), acentuó el desplome de Gándara. Su intención de voto había caído de 57% a 30% entre abril y septiembre, según Mitofsky; para octubre, Berumen situaba al frente a Pavlovich: 26.5% vs. 17.1%. Y el resto es historia.

Javier Gándara lideraba con solvencia los comicios generales, hasta que nuevos escándalos torpedearon su candidatura. El 26 de noviembre del 2014, el PRI lo denunció por la presunta malversación de 231 millones de pesos durante su Gobierno en Hermosillo. Luego, el 26 de abril de 2015 se destapó que Guillermo Padrés le condonó impuestos por 14.1millones de pesos.

Javier nunca pudo contrarrestar el vendaval. En mayo se abstuvo de presentar su declaración patrimonial «por cuestiones de seguridad para su familia», ya los pocos días el diario Milenio exhibió una lista de sus propiedades en Estados Unidos. Terminó perdiendo por siete puntos.

¿Qué lecciones podemos extraer de cara a los comicios entrantes?

Una primera observación es que los intereses de los Gándara estarán de nuevo en la boleta. Como pasó con Trump o Padrés, los negocios abren una serie de interrogantes sobre la condonación de impuestos y los subsidios y contratos que reciben empresarios con vínculos políticos.

Una segunda lección es que la administración estatal saliente gana relevancia al acercarse la elección. Padrés y Pavlovich no fueron candidatos estelares, pero la ABC y las presuntas corruptelas definieron las hiperpolarizadas elecciones del 2009 y 2015. La deuda estatal, las obras inconclusas, la "Estafa Maestra" y la Operación Safiro estarán en la papeleta este 2021, más lo que se acumule.

Una última interrogante gira en torno al papel de la Gobernadora. Al declinar cualquier vínculo con la alianza PRI-PAN, David Figueroa acusó oscuros intereses y turbias operaciones detrás del reparto de candidaturas. Felipe Calderón alimentó la acusación, tuiteando (27/01) que en Nuevo León y Sonora la alianza está postulando «impresentables» ahuyenta-electores.

Unos alicaídos primos Gándara fueron quienes tejieron la alianza PRI-PAN en Sonora. Lo que natura no dio, la familia prestó. ¿Frenarán ahora el éxodo de panistas cansados de las mismas prácticas políticas y los mismos apellidos cercanos al poder estatal? La toxicidad suele ser explosiva.

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