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Francisco Alfonso

Al primer minuto del 13 de septiembre los problemas serán los mismos y estarán ahí, sin resolverse todavía por un buen tiempo.

Estamos en las puertas de un nuevo sexenio en Sonora, el que encabezará Francisco Alfonso Durazo Montaño.

Es por lo tanto un tema inevitable en esta colaboración, aunque novedades no hay muchas salvo los anuncios ya hechos sobre el gabinete y los que se esperan para hoy según lo anunciado.

Lo que es un hecho porque en la práctica ya se ven las primera señales, es que el Gobernador cambiará las reglas del juego, tomará un control político del Estado y no me parece que lo vaya a compartir con ningún otro grupo de poder interno en Morena ni mucho menos en su Gobierno.

Se habló, se dijo y se pudo apreciar que en el Gobierno saliente hubo la muy clara presencia de representantes de grupos, corrientes y factores de poder político y económico.

Así se decidió en su momento, son cosas que aunque no nos gusten, suceden y el tiempo nos va diciendo si fue lo correcto o no.

En el caso de Durazo está muy claro y más que cantado que el que manda es él y solamente él y al que no le guste que se vaya.

En el Congreso del Estado, apenas llegando partieron leña los legisladores de Morena sus aliados y hasta los priistas, aprobando las modificaciones necesarias, primeras de mucha que se ven venir, para adaptar la realidad de poderes e instituciones (incluso las autónomas) a esas nuevas reglas del juego político.

Pero mire, guardé esto por ahí porque en un descuido y hasta le atino:

No hay señales de que se vaya a repetir el modelo federal y sí al contrario hay muy claros adelantos de que la 4T sonorense tendrá un sello muy local.

Se espera que haya canales institucionales y políticos para sostener un diálogo con las fuerzas opositoras.

Lo mismo sucedería con inversionistas, empresarios y todo aquel representante del sector económico.

Y no, para nada habrá un rompimiento con las políticas del Gobierno federal porque la comunicación es clara y muy personal entre Durazo y Andrés Manuel López Obrador.

Los acomedidos y adelantados que suelen tener iniciativa propia no parecen tener cabida aquí porque todo se tendrá que consultar si no con el Gobernador, al menos sí con su primer y muy reducido círculo de confianza.

AMLO va sostener su narrativa y Durazo se adaptará a ella, sin renunciar al plan de Gobierno que ha puesto en marcha incluso antes de tomar posesión del cargo porque lo que ha sido claro es que Claudia Pavlovich se hizo a un lado desde hace mucho y más de una decisión se le ha consultado al electo.

La Fiscalía Anticorrupción, el Congreso del Estado, el Poder Judicial, la Fiscalía General de Justicia, el ISAF y más instancias e instituciones autónomas están ya en la mira del nuevo Gobierno.

El señor está llegando a gobernar y no va a dejar cabo suelto.

Al primer minuto del lunes 13 de septiembre habrá nuevo Gobernador.

Al primer minuto del 13 de septiembre los problemas serán los mismos y estarán ahí, sin resolverse todavía por un buen tiempo.

Esta semana, en poco más de 24 horas fueron asesinadas doce personas en la región de Caborca.

Hubo una ejecución en Guaymas, en donde por cierto debería declararse una emergencia sanitaria, pero por el desbordamiento del drenaje que representa un serio problema de salud y de contaminación.

El Isssteson sigue sin medicamentos y su sistema de pensiones a punto del colapso.

La deuda estatal estará ahí esperando a ser resuelta, junto a los problemas de infraestructura hospitalaria y educativa, consecuencia en parte de la pandemia del Covid.

Muchas y muchos seguirán saliendo a las calles a buscar trabajo o a mantener el que tienen… a corretear la chuleta pues.

Sin embargo es natural que se respire un aire de cambio, con matices esperanzadores de que las cosas mejoren.

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