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Desaparición forzada

Numerosos residentes en un Estado pueden pasar toda una vida sin conocer o tener relación con un Gobernador -no se diga un presidente de la República-, sin embargo eso no sucede con las autoridades municipales. El interés mutuo es una parte indispensable para cualquiera de las partes.

En el texto constitucional de 1917 la inclusión del Municipio fue una propuesta introducida con insistencia por los revolucionarios. Venustiano Carranza, definió al Municipio como la base de la organización política de los estados, se pretendía acabar con el modelo porfiriano por el cual, el centralismo y la detestable figura del jefe político habían asfixiado la vida política nacional.

La propuesta fue consecuencia de la experiencia vivida por muchos revolucionarios, ya que ellos provenían de estos pueblos, lastimados por la prepotencia de los gobernadores o por el abandono y arbitrariedad del poder federal. Además, muchos de esos revolucionarios habían tenido la experiencia de primera mano, como el general Álvaro Obregón, quien había sido presidente municipal de Huatabampo.

Las facultades e importancia que la Revolución otorgaba a los municipios fueron discutidas ampliamente, libertad para administrar sus recursos, tener autonomía para ejercer lo recaudado en beneficio de sus habitantes, todo esto sin importar las dimensiones del Municipio, con este planteamiento se intentaba construir aquella reserva ciudadana que el movimiento social pretendía formar.

Recientemente se aprobó una legislación que podría desaparecer un número muy importante de municipios en el Estado, con el argumento dudoso del reducido número de habitantes, pretextando también que su Hacienda es precaria. Va un ejemplo reciente: San Felipe de Jesús, es un Municipio muy pequeño, cerca de 400 habitantes, que se encuentra dentro de la cuenca del Río Sonora, desde hace años sus autoridades y vecinos se pusieron de acuerdo y no permitieron el establecimiento de expendios de cerveza.

Esta comunidad está pavimentada con concreto casi en su totalidad, sus servicios cumplen satisfactoriamente con las expectativas ciudadanas, tampoco ha sido protagonista de escándalos. Algo han hecho bien sus habitantes y autoridades, ya que este pequeño pueblo ha sido puesto como ejemplo nacional por sus altos índices de desarrollo.

Los argumentos para justificar esta decisión son endebles y, lo más desconcertante, que provengan de una corriente política que pretende enarbolar de nuevo el socorrido Nacionalismo Revolucionario, como muestra de su admiración y lealtad hacia el movimiento de 1910. Hay que aclarar que esta propuesta fue avalada por el PRI, seguramente los legisladores de esta fracción no conocen el origen de su Partido. Adicionalmente a esto, hay que recordar que el gobernante actual y líder natural de esta corriente en Sonora, es originario de un pueblo de menos de 2,000 habitantes, vivió y creció en una de estas localidades.

Resulta lamentable que se pretendan imitar las políticas del siglo XIX, regresando al centralismo administrativo y al control político por miseria. Lo auténticamente progresista sería fortalecer la autonomía municipal y encabezar la lucha por terminar con ese injusto reparto presupuestal que establece: 70% para la Federación, 20% a los estados, y 10% a los municipios.

Carranza, lo dijo de forma muy clara aludiendo al Municipio en un discurso pronunciado en diciembre de 1916, al anticipar lo que sería el 115 constitucional:

Librarlos de la voracidad insaciable que de ordinario han demostrado los gobernadores (1).

La mejor conmemoración de la Revolución, sería reivindicar aquel espíritu ciudadano que animó a sus protagonistas.

(1). Ignacio Marván Laborde, Cómo hicieron la Constitución de 1917, FCE. Secretaría de Cultura. CIDE.2017. Pág., 261.

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