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Cruz de Navajas

Sí, México ha estado urgido de un cambio desde hace más de 50 años. Tuvimos una leve esperanza con la primera caída del PRI, pero...

Cuando la soberbia, la prepotencia y el cinismo toman el papel protagónico de un Gobierno, el pueblo queda desamparado. Pero cuando un sector numeroso de ese pueblo se niega a ver la realidad, entonces todo se sale de control.

Sí, México ha estado urgido de un cambio desde hace más de 50 años. Tuvimos una leve esperanza con la primera caída del PRI, pero Fox y Calderón fueron dos panistas bien intencionados a los que les faltó oficio. Fox era un empresario que no se ocupó en prepararse para el mundo de la política y Calderón un político que siempre vivió del partido y no conoció el mundo real, desde joven se encumbró y nunca tuvo que pedir prestado el día 27 de cada mes. Su “pedigrí” panista le dio la posibilidad de vivir siempre arropado por su militancia. Le faltó calle cuando llegó la hora de gobernar y trató de imponer soluciones muy bonitas pero sacadas de la teoría, no de la realidad.

Después de ellos, la nomenklatura priista volvió a la carga y tuvieron el irresponsable desatino de imponer a un tipo superfluo y sin preparación, que dejó todo en manos de unos colaboradores rapaces que olvidaron las “formas” y no dudaron en irse por todo el poder y todo el dinero. Esa fue la tormenta perfecta para un “mesías” de papel, que llevaba años viviendo quién sabe de qué, obsesionado con ser Presidente, pero sin la más remota idea de lo que esto era en la práctica. Su retórica básica y barata, pero efectista, llegó en el momento adecuado para él y penetró el corazón de un México desesperado.

Arrasó en las urnas, al tiempo que prometía, prometía y prometía. Es el típico caso del personaje que toca todas las puertas y, una vez que le abren, exclama: Y ahora qué demonios hago. AMLO no entendió de qué se trataba, así que armó un gabinete con algunos personajes capaces con buen nivel, que se fueron a las primeras de cambio, y otros ineptos e igual de ambiciosos que aceptaron los nombramientos aunque supieran que no era lo suyo, como Alfonso Durazo en Seguridad Pública.

Cuando vio que no iba a poder tuvo que regresar a su retórica y dividir al País, el punto era mantenerse como el supremo domador de chairos. Que no se le salieran del huacal y siguieran adorándolo, algo que ha logrado.

Y viene lo más grave. Un Presidente que hace cosas malas que parecen malas no puede ser venerado para siempre. La visita a Badiraguato, Sinaloa, el sábado anterior, todo en secreto, de noche, sin prensa. ¿Quieren que pensemos bien de eso? A ver, queridos chairos congruentes (que sí los hay), ¿les parece correcto que su mesías visite a escondidas la tierra del Chapo, ahí donde vive el Ovidio y es el centro del cartel de Sinaloa?

Y en Sonora las cosas andan peor. Alfonso Durazo fue ineficiente en Seguridad y ha salido peor como Gobernador en su fracasado trabajo contra el crimen. Parece que no sabe tomar decisiones, niega la realidad mientras Cajeme rompe otra marca mensual de asesinatos; Guaymas y Empalme viven otro fin de semana de terror y en Caborca dos familias destrozadas siguen llorando un drama doble: La ejecución afuera de la Iglesia del recién desposado y la pena de que el mismo Gobernador haya deslizado que lo habían matado por ser un criminal. En ese afán de justificar la ineptitud de su equipo, bajo el argumento de “se matan entre ellos”, Durazo no dudó en darle el tiro de gracia, el que más dolió (como en la Cruz de Navajas de Mecano), diciéndole criminal aunque fuera un hombre de bien.

Todo sea por seguir engañando al pueblo y estar en el corazón del chairo fanático que sigue al pie del cañón. Me dueles, México.

VISITA Y PLAN SONORA

Estuvo López Obrador en Sonora y se le debe reconocer el éxito a Alfonso Durazo. Pero antes de hablar de ello, es oportuno indagar el porqué el Presidente no apareció en fotos de la reunión, salvo una que parece fake de lo mala que es, ni estuvo en la conferencia de prensa. ¿Enfermó? ¿Se recuperó para ir de noche a Badiraguato? Mmmh, qué extraño.

Volviendo al tema, el Plan Sonora, que supongo lidera Francisco Acuña, se ve excelente.

Puede detonar en lo económico, pero hay que resolver la inseguridad y mientras el Gobernador no haga ajustes, no habrá manera.

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