Tras la pérdida de su hijo, una enfermera canalizó su dolor en el cuidado de otros bebés
Ha sido enfermera por 17 años
HERMOSILLO, SONORA.- Mirna Peñúñuri Munguía fue la segunda madre de decenas de recién nacidos que estuvieron en el área de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del Hospital Ignacio Chávez, de Hermosillo, pues por 8 años trabajó en esta área, convirtiéndola en una mejor persona, enfermera y un apoyo para las madres que dejaban ahí a sus pequeños. Y es que ella entiende perfectamente el sentir de una madre cuando su pequeño hijo debe ser hospitalizado, pues sufrió la pérdida de su príncipe Jesús Arsenio, hace 11 años.
Mi príncipe se llamaba Jesús Arsenio, el 20 de abril cumplió 11 años, y yo siempre le he dicho que las personas dejan de vivir cuando dejamos de pensar en ellas, por eso le digo a mi hijo, tú vives en mi mente, vives en mi corazón y vives en mi casita, porque ahí tengo sus recuerdos”, expresó.
SU LABOR
“Cuando recibimos un niño el personal de enfermería acudimos con la madre para explicarle que su hijo va a estar muy bien cuidado; en ese momento tenemos que ser humanos, decirle que va a estar en un lugar con temperatura ideal, donde el niño no va a tener frío, hambre, que son de las mayores preocupaciones que tienen por su bebé.”, declaró.
“Nosotros le explicamos que las enfermeras le vamos a brindar mucho amor, cuidados especializados, y que vamos a darle una vigilancia continuamente, las 24 horas del día, porque son pacientes que no se expresan, que no les van a decir si tienen dolor o frío y nosotros aprendemos a identificar esos síntomas para brindar una atención con calidad y calidez”, aseguró.
Y aunque sus pacientes estuvieran a su cuidado un día, dos o tres meses, Peñuñuri Murguía buscó darles todo lo necesario para que estén sanos y se recuperen, relató, desde los cuidados médicos que necesitan, sus tratamientos, hasta el amor y estímulo necesario para que se desarrollen adecuadamente.
“Continuamente les estamos hablando a los bebés, les hacemos cariños, les cantamos, recuerdo a un médico neonatólogo que me imitaba como les cantaba yo a mis pacientes, porque eso es sumamente importante para que el niño este tranquilo, no este irritable y haya equilibrio emocional.”, comentó.
Yo siempre intentaba también defender la hora de visita de los padres, que no se pasara ni un minuto, porque los bebés lo presienten y se empiezan a mover más, a llorar, porque sienten la hora que viene su padre o madre, y tratamos de que este contacto se dé día a día, que nunca se pierda, para que se recuperen más rápido”
LO VIVE EN CARNE PROPIA
Incluso, poder trabajar en el área de UCIN fue para Mirna una medicina a su corazón, pues ella misma tuvo que dejar a su tercer hijo hospitalizado en esa zona por 48 días. Aunque el menor falleció, ella jamás deseó ser cambiada de zona, pues poder ayudar a otros bebés era una terapia para su mente y su corazón después de la perdida.
“Yo tuve la experiencia de tener a mi hijo también hospitalizado, duró 48 días exactamente en la unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, y por eso entiendo perfectamente el sentir de las madres cuando les hospitalizan un hijo, entiendo el dolor de la mamá y eso me lleva a buscar como apoyarla como enfermera.”
“Incluso cuando hay una pérdida gestacional o perinatal, invito a todo el personal multidisciplinario a que tengan empatía y nos pongamos en el lugar de los padres, por el mayor tiempo posible, porque eso no sólo favorece a los padres en ese momento, sino que los ayuda a los bebés en su crecimiento, que no estén irritables, que la recuperación sea más rápida”, resaltó.
Peñúñuri Munguía, quien ha sido enfermera por 17 años, compartió que no hubo zona médica que disfrutara más, que poder haber compartido esos 8 años con los bebitos de UCIN.
Actualmente, dijo, se siente orgullosa de ver cómo sus compañeras hacen esta labor, las cuales le han confesado que se inspiran en su trabajo, para cuidar a los bebés con tanto amor como ella.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí