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Miguel Bujazán: el cine como diversión

La biografía de Miguel Bujazán Petro, tal y como la pusimos en el Diccionario enciclopédico de Baja California (2019).

Gabriel  Trujillo

La biografía de Miguel Bujazán Petro, tal y como la pusimos en el Diccionario enciclopédico de Baja California (2019), menciona la diversidad de empresas que puso en funcionamiento durante su larga estancia en nuestra entidad. Nacido en Beirut, Líbano, el 29 de septiembre de 1896, don Miguel llegó a Veracruz en 1903, estudió en Cananea y en la Escuela de Agricultura de Ciudad Juárez y se radicó en Tijuana en 1921. En Mexicali fue representante de la Cervecería Sonora y propietario de un hotel y de una tienda en San Ysidro, CA. En 1930 estableció la primera empacadora del estado, luego el cine Zaragoza y después la Sociedad Impulsora de Cines Independientes, que llegó a manejar 76 salas en el país, y que luego traspasó a Operadora de Teatros. En Tijuana tenía los cines Bujazán y el Ideal; en Ensenada, los cines Ensenada y el México; y en Mexicali, el Juárez, el Iris, el Rex y Lux.. Al vender esos negocios, creó la granja avícola San Miguel, la más grande de su ramo en el noroeste. Fue presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, del Club Campestre de Tijuana y del Centro Mutualista de Zaragoza. Falleció el 23 de febrero de 1978.

Pero si vemos más allá de estos escuetos datos, podemos descubrir, como lo hizo Yadira Esther Gutiérrez en su tesis de maestría, “En busca del dato perdido” (Colegio de la Frontera Norte, 2018), que Bujazán Petro fue un empresario tan importante, como Adolfo Curto, en la creación del cine como espectáculo popular en nuestra entidad. Según Yadira Esther: “El historiador local Gabriel Rivera ha publicado en la prensa local una serie de artículos, que nos permiten conocer la vida y obra de este libanés que residió en la ciudad de Tijuana a partir de 1923 y en 1925 obtiene la ciudadanía mexicana por nacionalización. Acorde al historiador, Miguel Bujazán funda en 1934 La Impulsora de Cines Independientes S.A., con salas de cine por todo el país. Siguiendo a Rivera, Bujazán llegó a manejar 76 salas de Cine en la República Mexicana y construyó varios cines en Baja California; en Ensenada manejó el Cine México y Cine Ensenada y en Tecate el Cine Tecate. En Mexicali operó cuatro cines: el Juárez, el Iris en el 43, el Rex y el Lux en el 45″. Pero al igual que Adolfo Curto su obra maestra sería la sala de cine que llevaría su nombre: el cine Bujazán, instalado frente a la antigua central de autobuses de Mexicali, una sala cinematográfica que fue inaugurada en 1951 y que sería competencia del cine Curto, apenas a poco más de una cuadra de distancia, en el mismísimo centro de la ciudad capital del entonces aún Territorio Norte de la Baja California. Según el libro Baja California y sus hombres (1965) era “un magnate de la cinematografía” que “encuentra su mayor pasatiempo en asistir a funciones de cine como mero espectador”, pues Bujazán fue: “una personalidad de gran relieve en la Baja California, donde se le conoce como el magnate de la cinematografía, en su capítulo de exhibición, pues no sólo ha erigido allí teatros suntuosos para la proyección de películas, sino que también los ha levantado en Sonora y en otros lugares de la República. Don Miguel hizo sus estudios en la Escuela Primaria Oficial de Cananea, Sonora, y en la Escuela de Agricultura de Ciudad Juárez, y desde muy joven se dedicó al comercio, consagrándose, en los últimos veinticinco años, al ramo de exhibiciones cinematográficas en el cual, como ya se apuntó, es figura preponderante. Casado con una dama que es toda virtudes hogareñas, Doña Guadalupe Escalante de Bujazán, Don Miguel, bajacaliforniano por corazón, hombre de trato jovial en extremo, que sabe conquistar amigos con un simple apretón de manos. Todo mundo, en Tijuana, en Tecate, en Mexicali y Ensenada, sabe que no hay obra benéfica ni empresa cívica en que no se interese el señor Bujazán Petro”.

Los cines Bujazán y Curto impusieron un mejor servicio, como nunca antes se había visto en Mexicali. Sólo en 1959, con la aparición del cine Variedades, por la avenida Madero, la competencia aumentaría. Pero ya para entonces, no eran las propias salas de cine el principal problema para esta clase de empresas, sino unas cajas rectangulares llamadas televisores, que para 1960 presidían las casas de las familias fronterizas. El entretenimiento ya no era comunitario: ahora era doméstico.

*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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