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De un debate rápido y furioso

En los años en que se encontraba la escuela preparatoria en lo que es hoy la Casa de la Cultura, en aquellos años Escuela Cuauhtémoc, se organizaban algunos debates de carácter político e ideológico .

Ruben García Benavides

En los años en que se encontraba la escuela preparatoria en lo que es hoy la Casa de la Cultura, en aquellos años Escuela Cuauhtémoc, se organizaban algunos debates de carácter político e ideológico en plena vigencia de la guerra fría, de confrontación entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Los estudiantes más politizados participaban en aquellos encuentros y su participación no era en referencia a preguntas del público o de los organizadores; cada participante tenía micrófono abierto y tiempo suficiente para sus argumentaciones. El debate organizado por el INE entre los candidatos a la presidencia de la república mantuvo un garrafal defecto: no permitir que los candidatos hablaran; taparles la boca con preguntas es posible necesaria pero el asunto de cada cuestionamiento requería del tiempo necesario par las argumentaciones y, obvio, un tiempo limiten, para la respuesta; ignorancia total de lo que debe ser un debate; el INE con sus organizadores son los culpables. Respuestas rápidas y furiosas: ¿Qué hará usted contra los secuestradores y extorsionadores? Respuesta: En mi gobierno reducimos un veinte por ciento respecto de las extorsiones. Vaya pues; con qué datos ¿quién le ha seguido la trayectoria de esta afirmación? Politiquería pura. La verdad única: extorsiones y asaltos a transportes en lo general son o están a la orden del día; por poner un ejemplo. Respuesta necesaria: puntualizar detalle a detalle las acciones, los recursos, las estrategias que el participante usará para que, sin cortarle la palabra tenga suficiente espacio para abundar en la respuesta e incluso, sobre el mismo tema y en el mismo asunto contestar preguntas. El protocolo es muy simple y sin arrebato de la respuesta. Y quienes participaban en las preguntas; la popular Denise Maerker y Manuel López San Martín, circunspectos; presuntuosos, realizaban las atropelladas preguntas sin siquiera, es posible entender que aquello no era un debate o que si, en verdad, solo era un debate rápidoy furioso.

Al tratar, por ejemplo; que no se hizo, la eliminaciónde las estancias infantiles en este gobierno de Obrador,hubiera sido recomendable puntualizar, reitero, lascausas por la que se había llegado a la desaparición deestos albergues para cuidar a los niños. No se puntualizó en su tiempo; no se tocó el tema en el debate. ¿Fuela corrupción el motivo? Quiénes fueron aquellos funcionarios que se estaban aprovechando de la supuestacorrupción, por qué no ir contra ellos y enjuiciarlos, ofue acaso una tirria de Obrador contra toda fundaciónde los gobiernos panistas. Todo tema en el debate debiórequerir de más para tratarlo, más aclaraciones y argumentos en favor o en contra. No se hizo. Fue un debate fallido. A varios analistas les pareció un éxito; yoopino que fue un fracaso un debate “Rápido y Furioso”.

*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.

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