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Crisis política en Colombia por espionaje de las Fuerzas Militares a periodistas

Una bomba política explotó este fin de semana en Colombia con la revelación de que el aparato de inteligencia de las Fuerzas Militares de ese país espió en 2019 a unos 50 periodistas extranjeros y colombianos, y a unos 80 políticos, magistrados, sindicalistas y organizaciones no gubernamentales de esa nación.

SAN JOSÉ, Costa Rica.- Una bomba política explotó este fin de semana en Colombia con la revelación de que el aparato de inteligencia de las Fuerzas Militares de ese país espió en 2019 a unos 50 periodistas extranjeros y colombianos, y a unos 80 políticos, magistrados, sindicalistas y organizaciones no gubernamentales de esa nación.



En un nuevo capítulo del recurrente acoso al periodismo en Colombia, el estallido del escándalo coincidió con un hecho crucial: la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) confirió, el pasado jueves, el Premio Mundial de Libertad de Prensa de 2020 a la periodista colombiana Jineth Bedoya, del rotativo "El Tiempo", de Bogotá, como víctima del asedio militar y paramilitar.



El premio lleva el nombre del asesinado periodista colombiano Guillermo Cano, director del diario "El Espectador", de Bogotá, y acribillado a balazos en 1986 por sicarios del narcotráfico.



La revista "Semana", de Bogotá, reveló este viernes que la inteligencia castrense ejecutó el año pasado un seguimiento informático a reporteros nacionales y foráneos, políticos, dirigentes y agrupaciones colombianas y les creó carpetas de perfiles, datos, actividades y contactos. Son "más de 130 víctimas", aclaró.



"Esto es sumamente grave. No se cumplen las garantías para el ejercicio independiente del periodismo", acusó el periodista colombiano Jonathan Bock, director encargado de la (no estatal) Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), de Bogotá.

Bock a EL UNIVERSAL dijo:

Es ilegal, porque viola la ley de inteligencia colombiana, y es antidemocrático: busca mandar un mensaje para amedrentar a la prensa".



"Quedan muchas dudas: ¿Quiénes tenían acceso a esta información? ¿Con qué objetivo se tenía? ¿Era esto para poder, en determinado momento, desacreditar a un periodista o tener datos relevantes que sirvieran para intimidarlo?", agregó.




"Es un episodio más en una larga historia de espionaje contra la prensa en Colombia, que no ha cesado en décadas. Cada gobierno tuvo la responsabilidad de tomar decisiones efectivas que paren esos comportamientos y eso no ha sucedido. Esto se recicla", lamentó.



"Semana" publicó que la inteligencia militar siguió a los reporteros para crearles expedientes con datos privados y familiares, direcciones, documentos de identidad, contactos y fuentes informativas, entre otros factores, para encasillarlos en corrientes ideológicas y preferencias.



El presidente de Colombia, Iván Duque, tuiteó este sábado que "perfilar periodistas, políticos y funcionarios de Presidencia debe ser investigado a fondo y sancionado con severidad" y reiteró su "rechazo contundente" a cualquier seguimiento.



"No toleraré a quienes deshonren el uniforme o realicen prácticas contrarias a la ley", recalcó, al subrayar que pidió una "rigurosa investigación de labores de inteligencia de últimos 10 años".



El Ministerio de Defensa de Colombia apartó este viernes del servicio activo a 11 oficiales por "presunto empleo irregular de las capacidades de inteligencia militar".

El lío repercutió en Estados Unidos, ya que congresistas de ese país denunciaron el supuesto uso de la ayuda de Washington a Bogotá para espiar a corresponsales estadounidenses en Colombia.



El general Luis Navarro, comandante general de las Fuerzas Militares de Colombia, declaró el sábado a Noticias Caracol, de la capital colombiana, que "quienes hayan transgredido la norma, (…) usado de manera fraudulenta los recursos de la cooperación (de EU) tendrán que ser penalizados".

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