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"Tengo deudas, tengo que hacer pagos y por eso salí a trabajar"

Quienes sí salieron lo hicieron por motivos laborales o administrativos. 

CIUDAD DE MÉXICO.- Cada tramo la escena era la misma: más bicicletas estacionadas, más repartidores de comida... pero menos gente paseando.



Ayer fue un día atípico en Paseo de la Reforma, avenida que los domingo era transitada por miles de ciclistas y peatones.



Por tercera vez en 12 años se suspendió el Paseo Ciclista y los capitalinos no salieron a la calle ante la pandemia por Covid-19. Restaurantes cerrados o con poca gente, camiones turísticos sin visitantes, dibujaron una postal, vista pocas veces en la Ciudad de México.



Quienes sí salieron lo hicieron por motivos laborales o administrativos.

Tengo deudas, tengo que hacer pagos y por eso salí a trabajar. Claro que veo menos gente en las calles, están casi vacías, con pocos coches, pero yo tenía que trabajar", dice Edwin Torres, a lado de su mochila de una empresa repartidora de comida. 



El repartidor espera recibir algún un pedido en su teléfono y asegura que el trabajo ha disminuido.

"Algunos restaurantes cerraron y han caído menos pedidos, así ni contemplar la posibilidad de estar en cuarentena", añade.



Como Edwin, decenas de repartidores pedalean o circulan sobre Paseo de la Reforma, así como vendedores de mangos y otras frutas, quienes normalmente tienen hasta fila. Para ellos, estar en casa no es una opción.



En 2017, tras el 19S, también se canceló el ciclopaseo dominical 'Muévete en Bici', la segunda vez fue en septiembre de 2018, cuando hubo desfile militar.



En las primeras semanas de la contingencia por la epidemia de Covid-19, las ventas en restaurantes capitalinos han sufrido una caída de hasta 40 por ciento, sin que la adaptación a servicios de entrega a domicilio o para llevar sirva para remediar las pérdidas.



El viernes, por ejemplo, la zona restaurantera de Polanco, conocida como Polanquito, observó muy baja afluencia.

Se está viendo un umbral bastante negro, la verdad muchos no estábamos preparados para esto, y el servicio a domicilio o delivery siempre ha sido complemento, dependiendo el tipo de restaurante, nuestra fuente de ingresos es la mesa", señaló Adrián Alatriste, restaurantero y especialista en el sector.



De acuerdo con Alatriste, el principal problema para los empresarios es el temor de las personas y la incertidumbre: en el primer caso, ha servido de poco intensificar las medidas de higiene en los establecimientos, pues el temor se extiende al resto de comensales.



También, que la transición hacia los servicios a domicilio afectan un aspecto importante de los ingresos de los trabajadores del sector: la propina.



"Como establecimiento sí ha sido ahorita una ayuda, pero no es que estemos preparados al 100 por ciento para convertirnos ya en sistemas a domicilio, es más apto para cuestiones de fast food o por el estilo, también hay tomar en cuenta toda la cuestión de los gastos asociados a empaques o emplayado", refirió.



Además, el margen de utilidad de la venta en mesa a la entrega a domicilio se reduce del 20 o 25 por ciento a 8 o 10 por ciento.

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