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Las más sencillas maneras de distinguir el queso del “plastiqueso”

Siguiendo sencillas recomendaciones podrá tener certeza de lo que está comprando realmente sea el derivado de la leche.

CIUDAD DE MÉXICO.- Luce como queso.. parece queso…pero es ¡plastiqueso!

Vea como diferenciar los productos para darse cuenta si en realidad está comprando en realidad queso elaborado con leche.

Decenas son las variedades distintas de queso, dependiendo de la región los encuentra.

En el caso de Sonora es común localizar el queso menonita, chihuahua, bola, cocido, oaxaca, manchego, fresco, panelas, entre muchos otros.

Precio
El primero es el precio; hay quesos que cuestan 50 pesos el kilo, lo cual muy probablemente sea “platiqueso” y aquí te va el por qué.

El litro de leche más barato oscila al Sur del País en 6 pesos y para producir un kilo de leche se ocupan diez litros de leche, por lo que no salen las cuentas a un precio tan económico.

Comprar entonces un queso a ese precio resultaría que es en realidad lo que se conoce como queso “análogo o plastiqueso”, explica una experta consultada por El Universal.

“Los quesos análogos son una imitación del queso real, el cual se elabora únicamente con tres ingredientes: leche, cuajo y sal. Suelen estar hechos con proteínas, grasas vegetales, almidón, colorantes, saborizantes, estabilizadores y preservativos”, cita el medio.

Etiquetado
Otro indicador es el etiquetado, entonces, si encuentras palabras como aglutinantes, homogenizantes, gomas... lo que estás pensando comprar es un “plastiqueso”.

Sabor
La falta de aroma a queso y el sabor son factores determinantes, aunque probablemente muchos ya no sepamos a que sabe el queso real.

Si al comerlo te sabe dulce, similar a la leche en polvo, o si luce muy brillante, especialmente cuando pierde temperatura es falso. En cuestión de aromas, le falta olor, cita el artículo.

Mientras que el aroma depende de su lugar de origen; mientras que el queso plástico sabe más bien a margarina.

Recomendaciones
Revisar muy bien el etiquetado, volver a las crecerías, buscar productores artesanales, así como proveedores expertos.

Para los quesos frescos, lo recomendable es sacarlos de su empaque, enjuagarlos con agua de garrafón y dejar que se les quite el exceso de humedad antes de colocarlos en un recipiente hermético y de vidrio, preferentemente.

También es necesario retirar y enjuagar el suero que vayan soltando.

En cuanto a quesos como el Manchego mexicano, el menonita o el de hebra, estos se pueden envolver en plástico o guardarse en recipientes sellados.

Deben estar refrigerados y lo ideal es surtir la despensa de queso dos veces por semana.

El queso maduro puede resurtirse cada 15 días.

“Al ser un alimento vivo, es imposible que no le salga un honguito. Las expertas recomiendan no tener miedo a ello y simplemente “raspar” o cortar ligeramente la zona afectada, recomiendan medio centímetro y tirar esa parte, el reto puede consumirse sin problema”, se agrega.

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