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“Él es un hombre muy celoso, posesivo y controlador": Jennifer sospecha que su ex mandó a que le cortaran la cara

Jennifer narró que convivió en unión libre con su expareja desde el 2006, pero cuenta que desde siempre vivió de violencia a su lado.

CIUDAD DE MÉXICO.-Una mujer recibió un ataque que la dejó marcada para siempre.

Según ella denuncia dos sujetos la abordaron el 5 de octubre cuando salía de su casa, en la alcaldía Iztapalapa, en la CDMX, rumbo al trabajo, y la atacaron.

Jennifer Lucía Izquierdo Trujillo dice que aunque no puso resistencia, lo primero que hicieron fue cortarle la cara con navajas y luego le exigieron, puntualmente, “los celulares” que llevaba en su bolso.

Ella tiene certeza de que no se trató de un asalto, sino de un ataque en su contra de parte de su expareja, con la que vivió violencia doméstica por 13 años y procrearon dos hijos.

En entrevista para El Universal, Jennifer narró que convivió en unión libre con su expareja desde el 2006, pero cuenta que desde siempre vivió de violencia a su lado.

“Él es un hombre muy celoso, posesivo y controlador. Sus argumentos siempre eran que yo lo engañaba", dijo.

Jennifer indicó que su expareja, quien fue integrante de la extinta Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), la humillaba al decirle que “no servía para nada” y que la orilló a alejarse de sus amistades, familia y del trabajo bajo el argumento de que él sería el proveedor del hogar.

Nunca dio gasto, solo fue un papá ‘Santa Claus’ que, con regalos ocasionales para mí y los niños, cumplía como padre, pero muy poco o casi nada aportó en lo económico para mis hijos, a los que yo sostengo.  Y lo peor, me obligaba a tener relaciones sexuales después de un episodio de violencia”, explicó.

Antecedentes de violencia en la pareja

El 3 de noviembre de 2008, cuenta, levantó un acta de hechos por violencia y amenazas; sin embargo, no dio seguimiento a la misma porque volvió a creer en su palabra.

Comenta que su expareja siempre la amenazó con marcarla porque su belleza era su rostro, por lo que el presunto asalto que sufrió el pasado 5 de octubre, le hace tener fuertes sospechas de que fue un encargo, ya que los sujetos que la atacaron, primero la lesionaron y luego se acordaron de pedirle sus celulares.

“Me acorralaron dos hombres antes de subir a mi auto y fueron directamente a cortar mi rostro, uno de cada lado y al finalizar los cortes a mi rostro uno le dijo al otro ‘aaah y los celulares guey’. Antes de echarse a correr uno de ellos me dijo ‘sabes por parte de quien es y se dirigieron hacia la esquina donde una camioneta los esperaba”.

Del hecho existen videos, pero a pesar del antecedente de violencia que vivió con su expareja, el Ministerio Público solo investiga el caso por “presunto robo”.

Además, mencionó que el 9 de julio pasó algo similar. Igual, al salir de casa, un hombre encapuchado intentó atacarla, pero afortunadamente, logró cerrar la puerta de su vehículo. Horas más tarde, su expareja le llamó por teléfono para preguntar cómo estaba. “Nunca preguntó por sus hijos, fue directo a preguntar por cómo me encontraba”.

Ella le reclamó en el momento y contó que la habían intentado asaltar. Horas más tarde, sin más, su expareja le indicó que ya habían detenido al asaltante y que había ‘movido’ sus influencias para, según, rastrear a su atacante por cámaras de vigilancia.

“¿Qué me hace pensar que es él? Pues las amenazas de toda la vida y que antes del evento de julio ya habíamos hablado de que yo quería hacer mi vida con alguien que ya había conocido y dejale en claro que ya no quería nada con él, porque incluso, nunca fue su motivo principal no niños, nunca se preocupo por ello”.

No confía en autoridades

Jennifer señala que no confía en las autoridades de la Ciudad de México y que nunca recibió algún seguimiento de su caso con perspectiva y violencia de género en el MP de Iztapalapa.

“Cortar mi cara a través de terceros fue la conclusión de la violencia económica, psicológica, física y sexual que sufrí por parte del padre de mis hijos durante 13 años. Por eso decidí dejarlo… Pero hoy quiero alzar la voz, porque temo por mi seguridad y la de mis hijos. No quiero ser una cifra más de mujeres muertas en este país a manos de sus exparejas. Mucho menos por quedarme callada”.

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