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Precariedad y desconocimiento en educación especial

Además de la precariedad económica, estudiantes y docentes de los diversos centros de atención para necesidades especiales de aprendizaje se enfrentan a la falta de inclusión y de concientización.

Al igual que el resto de los planteles adscritos al Sistema Educativo Estatal (SEE), los 60 Centros de Atención Múltiple (CAM) y 157 Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (Usaer) resienten la falta de fluidez y poco monto de inversión a la educación.

Su operatividad se sostiene con aproximadamente un millón y medio de pesos anuales, integrados por recursos federales y estatales, que se reparten entre todos los centros, detalló Leopoldo Guerrero Díaz, subsecretario de Educación Básica.

Con ellos se solventa el mantenimiento de infraestructura y la adquisición de materiales para atender a los 26 mil 093 alumnos con necesidades especiales que estudian en el Estado.

En algunos casos, son 5 mil pesos mensuales a los que acceden, haciendo imposible sostener los gastos de higiene y servicios de sus edificios. Esto se debe a que el recurso que se les destina obedece a la cantidad de niños que reciben, detalló el funcionario.

“Los CAM se ven más afectados porque la cantidad de niños que reciben no es igual a la de una escuela regular, ahí es donde tenemos que apoyar con recursos extras a través de otros tipos de programas”.

Rampas que brinden accesibilidad, salones de clases, techos y sanitarios, insumos de limpieza y material didáctico son las necesidades más frecuentes.

Mientras que en los centros de atención múltiple se atiende a niños con discapacidad o dificultades profundas de aprendizaje, los Usaer evalúan y diagnostican sus capacidades cognitivas, y los canalizan a donde puedan recibir formación adecuada.

Se estima que cada pequeño con necesidades especiales de educación requiere un esfuerzo docente que equivale al de tres estudiantes regulares. Especialistas en comunicación, psicología y trabajo social llevan a cabo el seguimiento de estos niños, enfrentándose en muchas ocasiones a la negación y desinterés de sus padres.

Principalmente por desconocimiento y miedo, los familiares evaden la realidad de las necesidades de aprendizaje de los menores, explicó Guerrero Díaz.

“A veces no quieren reconocer que su hijo tiene un problema, desde falta de adaptación, problemas de conducta y mayormente en las discapacidades, pues temen que no pueda desarrollarse, integrarse a un ambiente normal”.

Con ello, los padres de familia crean una barrera de aprendizaje en sus hijos, exponiéndolos al rezago y

acoso escolar.

Para contrarrestar esta situación, el SEE implementa talleres de concientización,mostrándoles con testimonios de vida, que con la formación adecuada una persona con capacidades especiales tiene oportunidades de desarrollo en la

vida laboral y personal.

Es brindándoles educación y herramientas para hacerle frente a la vida, como se fomentará el ambiente adecuado para que la población especial se desarrolle.

“La educación especial no está en el olvido, los tenemos como prioridad, venimos trabajando muy fuerte. Con el día a día, trabajando en capacitaciones, es como nos preparamos. Los padres de familia son parte fundamental en todo

esto”, finalizó el subsecretario.

- De los 685 mil estudiantes de educación básica, 26 mil 093 requieren educación especial; representando el 3.8% de la matrícula total.

- En Mexicali son 195 mil los estudiantes inscritos, de los cuales 12 mil 151 requieren este tipo de atención, es decir, el 6.23%.

- La mayoría de los alumnos canalizados a estos centros presentan problemas de aprendizaje, con 13 mil 505 casos

- Le siguen la discapacidad intelectual con 3 mil 447, déficit de atencióne hiperactividad con mil 451 y autismo con mil

245 casos.

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