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Plan DNIII-E, el rostro humano del Ejército

Cada elemento militar en la región está listo para atender a la población civil en casos de emergencias

Por su contacto directo con la población civil en momentos de emergencia, vulnerabilidad, necesidad y riesgo, la ejecución del Plan DNIII-E es el rostro más humano del Ejército Mexicano ante los ciudadanos.

Su creación fue en 1966, tras el desbordamiento del río Pánuco con la llegada del huracán “Inés”, que causó estragos en Tamaulipas y Veracruz, y desde entonces se aplica en desastres naturales y situaciones de emergencia.

Sus siglas corresponden a Defensa Nacional III apartado E, dentro de los planes de la Secretaría de la Defensa Nacional, que especifica los protocolos y manera de actuar en apoyo a la sociedad civil.

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Actualmente el plan se encuentra activo desde el inicio de la pandemia en México, en la que el Ejército ha participado con personal médico, hospitales y logística para las jornadas de vacunación, explicó Kevin Bryan Jiménez Heredia.

El teniente coronel del 23 Regimiento de Caballería Motorizado en Mexicali señaló que además de eso, han estado proporcionando apoyo a las corporaciones civiles en vigilancia perimetral en incidentes que así lo requieran.

El Plan DNIII-E contempla, literalmente, cualquier tipo de apoyo a la población civil en casos de desastres naturales y otros tipos de emergencias, pues pueden proveer incluso de café y pan a automovilistas varados en una nevada, hasta rescatar a personas entre escombros.

El teniente coronel dijo que en este plan participan desde el cabo más básico hasta el alto mando más elemental, entres etapas de su aplicación, que van desde la prevención, el auxilio y finalmente la recuperación.

Las tareas que pueden desarrollar en tiempos de respuesta de pocos minutos son la búsqueda y rescate de personas, evacuaciones de riesgo, administrar albergues, recomendaciones de seguridad a la población y la vigilancia de áreas afectadas.

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También son capaces de establecer centros de acopio, albergues, puentes aéreos, preparación de alimentos, y conformar células de servicio médico, de búsqueda, salvamento y rescate, de limpieza y saneamiento, de ingenieros y de seguridad.

El personal militar se capacita y se actualiza constantemente en distintos procedimientos para estar apto en la participación de la aplicación del plan DNIII-E, explicó el teniente coronel en Mexicali.

“Lo más satisfactorio ha sido ver a familias que se reencuentran luego de un sismo, por ejemplo, cuando nos agradecen, y que nosotros sabemos que ya están a salvo”, expresó Jiménez Heredia.

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