“Clarita, la eterna acomodadora del cine”

El cine, el séptimo arte como es mundialmente conocido, siempre ha sido un fenómeno que desde sus inicios en Francia en 1895, ha sorprendido a grandes y chicos, gracias a la magia de sus imágenes en movimiento.

Con ello y al pasar de los años, las salas de proyección comenzaron a tener mayor relevancia en la sociedad, construyendo así grandes teatros y cines dedicados a este particular espectáculo.

Por lo que es ahí, en un sitio como ese, donde transcurrirá esta historia que hasta el día de hoy, deja pensando hasta el más escéptico dentro de esta ciudad fronteriza.

Es por ello que con la colaboración de Diego Velázquez de la “Asociación Mexicalense de Recorridos y Guías” (Asmerg A.C), traemos para ustedes la leyenda de “Clarita, la eterna acomodadora del cine”.

AÑOS 50S

Corrían los años 50s en Mexicali, época del rock and roll y de la inauguración de uno de los edificios más elegantes de aquellos años en Mexicali, el famoso “Cine Curto”. Esta sala, la cual albergó los mejores estrenos del cine estadounidense y mexicano, no era un cine común, pues en esos días se acostumbraba que una persona te acompañara hasta tu asiento y así pudieran disfrutar de la película.

El puesto le correspondía a Clarita, una famosa acomodadora que fue el pretexto para que muchos caballeros, se interesaran en ir al cine, pues deseaban ser acompañados de su brazo.

Es ahí, donde entra el hombre de esta historia, al cual, según Diego el narrador, lo llamaron como “Luisito”, personaje quien no se perdía de su visita al cine.

VISITA DEL MÁS ALLÁ

Luisito, según lo explicado por Diego quien nos dio un recorrido por el antiguo cine, había asistido a la sala como cualquier otro sábado, esperando ver a Clarita.

Expresó que al ser acompañado a su asiento, el se sentía el hombre más enamorado, hasta que, de manera repentina, el gerente se paró frente a la pantalla.

Este hombre señaló con tono solemne, que la función de ese momento sería cancelada, ya que momentos antes, Clarita había sufrido un accidente donde había perdido la vida.

Luisito, al escuchar tales palabras, no podía dar cuenta de ello, pues él juraba que quien lo había guiado hasta su asiento, había sido Clarita, su bella Clarita.

ETERNO ENAMORADO

Diego platicó que Clarita, según lo afirmado por las autoridades, había sido arrollada en las vías del tren mientras se dirigía a su trabajo en el cine, por lo que el rumor de su muerte ya había llegado a varios oídos.

“Se dice que a Luisito lo tiraron a de loco, de hombre chiflado, pues siempre estaba diciendo que Clarita estaba viva y él podía verla”.

“Es por ello, que cada sábado y sin falta, el seguía asistiendo al cine, esperando una vez más, que Clarita, lo guiara hasta su asiento”, mencionó.