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Centro comunitario sirve para orar, jugar y drogarse

Luego del terremoto del 4 de abril de 2010, el centro dejó de usarse de forma recreativa y ahora está en el ocaso.

MEXICALI, Baja California.- Al caminar hay que tener cuidado de no picarse con una de las tantas jeringas que fueron usadas para suministrase una dosis en el Centro Comunitario de Bugambilias; un mismo sitio donde los indigentes se drogan, los religiosos oran y los niños juegan.

El deteriorado edificio refleja el abandono de las autoridades y la descomposición social a través de sus paredes grafiteadas, el cableado saqueado y las ventanas ultrajadas.

Un cuarto trasero es el picadero donde se refugian indigentes, por el otro lado hay un salón en el que ofrecen misa en la austeridad total, mientras que el patio aún tiene juegos a los que acuden los niños, siempre y cuando no haya indigentes rondando.

Por paradójico que parezca, en el mismo terreno del Centro Comunitario hay una caseta de la Policía Municipal, a quienes señalan los vecinos de no hacer nada ante el vandalismo.

El Centro Comunitario se creó con las aportaciones de los habitantes de la colonia que fueron descontadas de las mensualidades a sus casas, fue edificado con el objetivo de darle a la comunidad un espacio para el aprendizaje y la recreación.

Y aunque actualmente ninguna autoridad apoya para recuperarlo, tiene su respectivo rayón de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y el lema del Gobierno del Estado: “BC Grande Por Ti”.

Incluso cuentan los vecinos que fue inaugurado con bombo y platillo por el entonces alcalde Eugenio Elorduy Walther, pero ahora; ni siquiera el diputado del Distrito, José Félix Arango Pérez, ha respondido a las solicitudes de apoyo de la comunidad.

El Imparcial: imagen de artículo

¿QUÉ PASÓ?

Luego del terremoto del año 2010, a los vecinos se les indicó que las instalaciones no eran seguras, llegando a la clausura de los salones del segundo piso y se suspendieron las clases de arte y oficios, así como los servicios de salud que ofrecían.

No obstante, una iglesia católica que ya brindaba misa desde antes del terremoto, continua dando el servicio, sin luz y sin agua, motivos por el que cada día está más seca lo que debería ser un área verde.

Lo que alguna vez fue un taller de carpintería, se volvió el refugio de personas en condición de calle, algunos se resguardan del calor, otros acuden para aplicarse una dosis de droga vía intravenosa, dejando indicios por todo el suelo del lugar.

Al ingresar a este refugio el olor es nauseabundo, ya que siendo éste el único sitio donde hay privacidad, los indigentes de la colonia aprovechan para hacer evacuar y orinar en un rincón del cuarto.

Algunas paredes se encuentran tiznadas por las fogatas que hacen las personas en situación de calle, el picadero está enmarcado por pedacera de televisiones y otros aparatos electrónicos.

UN REFUGIO

José se encontraba en el taller desayunando cereal con leche cuando el equipo de La Crónica acudió a verificar las quejas de la comunidad, para él, este centro representa un refugio del calor y el frío al que puede acudir después de pepenar y lavar carros.

El hombre de 30 años cargaba con dos mochilas, una con llantas para poder arrastrar sus pertenencias y el aluminio que levanta de la calle, con mucha disposición accedió a platicar.

Explicó que conoce a cuando menos 20 personas en indigencia en la colonia, la mayoría acuden al Centro para resguardarse y otras para drogarse, describiendo que algunos escalan al segundo piso, que por seguridad prefiere no subirlo.

“Yo vengo a descansar aquí desde hace tres años, lavó carros y agarro una feria, me vengo a comer aquí, los vecinos corrieron a los que hacían su desmadre, pero pues a uno le vale madre, con el riesgo de que la policía te levante y nos quiten lo poquito que traemos”, comentó.

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IGLESIA BUSCA RESCATAR EL CENTRO

Con mucho esfuerzo una pequeña iglesia católica ha tratado de rescatar el Centro, pero ante la indiferencia de las autoridades, es poco el avance en las mejoras del sitio. “A raíz del terremoto se quedó abandonado, pero la iglesia es lo que ha subsistido, poco a poco lo vamos arreglando, lo pintamos, le arreglamos las ventanas, con nuestro propio recurso, la misa siempre se ha dado”, comentó Lorena Guzmán.

Quien se encargaba de la luz era el Gobierno Federal y del mantenimiento el Ayuntamiento de Mexicali, pero desde hace ocho años se han desentendido del compromiso que tenía, declaró. Precisó que un poste del área verde se cayó y duró casi un mes en el suelo, incluso funcionando, pero como nunca acudieron a levantarlo, dejó de encender el foco o se lo robaron, la estructura sigue tirada.

“Yo era de las que estaba cuando lo inauguraron, con Elourdy de presidente municipal, ellos no invirtieron, todo se construyó con el 1% de Infonavit, ellos solo pusieron los policías”, enfatizó. “Queremos que el municipio se haga cargo, pero que respete que queremos la iglesia, porque no podemos venir al parque por los indigentes y luego la gente cochina que echa su basura”, concluyó Guzmán.

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