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 Zapato, zapato, zapato 

El presidente, Andrés Manuel López Obrador pisó suelos cachanillas, con una temperatura no tan agresiva y una humedad relativa que no rebasaba el 25 por ciento. 

Fue una gira llena de elogios mutuos, de agradecimientos, de mensajes directos y hasta velados.

El presidente, Andrés Manuel López Obrador pisó suelos cachanillas, con una temperatura no tan agresiva y una humedad relativa que no rebasaba el 25 por ciento.

Era el viernes 25 de junio.

En una especie de pecera los reporteros de los medios locales veíamos y escuchábamos los discursos pronunciados por los integrantes del gabinete federal.

Todo fue un recuento de lo que se ha hecho en San Felipe y Zona Libre, durante esta administración. Cifras y palabrería que se perdía entre el afán periodístico de escuchar el anuncio nuevo, que nunca llegó.

Los que sí arribaron fueron los elogios entre el presidente López Obrador y el gobernador Bonilla.

Así llegó la frase del mandatario de Baja California, quien presumió el reciente triunfo completo de Morena en la entidad.

“Aquí en Baja California se le quiere, es un estado lopezobradorista y lo hemos demostrado en las últimas tres elecciones: zapato, zapato, zapato”, dijo en su muy breve discurso.

Pasaron unos minutos y el presidente correspondió al comentario de Bonilla.

“Ya ustedes saben que le tengo un afecto especial. Es mi amigo, Jaime Bonilla, gobernador de Baja California. Entonces no soy nada objetivo, entonces me abstengo, nada más decirles que estoy muy contento de estar en Baja California”

No cabía duda: amor con amor se pagaba.

En el gabinete federal retumbaron y mucho los halagos del presidente López Obrador hechos a Bonilla, durante su visita a Mexicali.

Se empezaron a preguntar el sentido de los comentarios favorables al mandatario estatal. El decir que era su amigo, que no había violencia postelectoral, que los bajacalifornianos eran de una pieza.

Ciertamente no era la primera vez que esto sucedía, en una gira del presidente. Pero este contexto era otro.

Un Bonilla que es mencionado recurrentemente como posible nuevo secretario federal. En donde las dependencias a las que supuestamente llegaría han variado y no han llegado.

Un gabinete federal en donde el gobernador no tiene muchos amigos y sí, algunos adversarios, dicho sea de paso. Razón por la cual se ve complicada su inclusión.

Como si esto fuera poco, además en su círculo cercano están animando a Bonilla para que busque, incluso, ser candidato de Morena a la presidencia del país. Repito, lo están animando a que busque la candidatura a la presidencia.

¿Locura?

Comentan que los cercanos le dicen que tiene probabilidades, esto al debilitarse las candidaturas de la gobernadora de la CDMX, Claudia Scheinbaum y el canciller, Marcelo Ebrard.

Lo que no le dicen es que hay todavía una gran cantidad de políticos guindas en la fila, mucho más cercanos a la toma de decisiones.

Quienes le endulzan el oído destacan que el gobernador bajacaliforniano ha entregado buenas cuentas políticas en los últimos tres procesos electorales, además de ser amigo del presidente.

Algunos lo verán como una exageración y hasta locura, pero de que los afines a Bonilla lo comentan, eso es una realidad.

Por lo pronto, disfruta el mandatario estatal de las mieles del triunfo y el sabor azucarado de haber golpeado fuertemente a sus adversarios, propios y extraños, sin tener consecuencias políticas.

Habla de zapato, zapato, zapato, ahorita, quizá después hable de una zapatiza pero en su contra.

La verdad sea dicha

* La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.

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