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Un proceso electoral complejo

Este lunes 7 de septiembre arrancó el proceso electoral 2020-2021. Un verdadero desafío para los órganos electorales, los partidos políticos y la ciudadanía en general. Es el más complejo de todos los que hemos vivido.

Este lunes 7 de septiembre arrancó el proceso electoral 2020-2021. Un verdadero desafío para los órganos electorales, los partidos políticos y la ciudadanía en general. Es el más complejo de todos los que hemos vivido. Por primera ocasión en la historia política mexicana habrá elecciones concurrentes en las 32 entidades de la República. Eso significa una estrategia de organización electoral sin precedentes y un trabajo conjunto entre el Instituto Nacional Electoral (INE) y los órganos electorales de todas las entidades.

Según cifras oficiales, el número de cargos en disputa (que incluye juntas municipales, sindicaturas, regidurías y presidencias de comunidades) será de 21 mil 368 (en 2018 fueron 18 mil 299). De ese total, estarán en juego 15 gubernaturas, 642 diputaciones de mayoría relativa, 421 de representación proporcional, 1910 alcaldías, 16 alcaldes de la Ciudad de México y 22 cargos auxiliares en Campeche. Eso por lo que hace a cargos locales. A nivel federal habrá de renovarse la Cámara de Diputados (300 diputados de mayoría relativa y 200 de representación proporcional). A la fecha, la Lista Nominal (LN), es decir, las personas que han cumplido todos los requisitos para poder votar (credencial actualizada y registro correcto en la LN) es de 94 millones 980 mil votantes potenciales.

Para poder atender una elección de tal magnitud en lo referente a organización, capacitación, registro electoral y supervisión, se requiere un ejército ciudadano. Se proyectan instalar 164 mil 550 casillas y se contratarán 41 mil 245 capacitadoras (es)/asistentes electorales, así como 7 mil 005 supervisoras(es) electorales. Para atender el total de casillas, se requieren 1 millón 480 mil 950 funcionarias (os), por lo que será necesario visitar a 12 millones 347 mil 400 ciudadanos que resultarán insaculados.

A nivel local la mirada estará puesta en la renovación de las 15 gubernaturas: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Y desde luego, a nivel federal, la elección para la renovación de la Cámara baja concita el interés por conocer si el partido del presidente y sus aliados conservará la mayoría absoluta, como sucede el día de hoy.

Hay ingredientes adicionales. En algunas entidades podrán darse procesos de reelección tanto en diputaciones como alcaldías por primera ocasión desde la reforma constitucional de diciembre de 2013, donde se estableció que quienes resultaran elegidos en 2018 podrían aspirar a la reelección. Esto mismo aplica para los diputados locales. Pero también, tendremos la mayor elección concurrente desde el exterior. En la disputa de 9 de las 15 gubernaturas los ciudadanos de fuera podrán votar (Baja California Sur, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas). Pero, además, se elegirán diputados migrantes en Jalisco y Ciudad de México. El INE anunció que en 10 de estas entidades (las que tendrán elecciones de gobernador, más Jalisco) se votará desde el exterior por Internet, además de las otras dos modalidades: envío postal y depositando las boletas en embajadas y consulados mexicanos en el extranjero.

En Baja California por primera ocasión habrá elecciones concurrentes, en las que se elegirán diputados federales, gobernador, 5 alcaldes y 25 diputados locales. El día lunes 7 de septiembre la Suprema Corte de Justicia de la Nación (por 6 votos contra 5) desechó las acciones de inconstitucionalidad interpuestas por los partidos PRI, PAN, y MC, en contra de una reforma que postergaba el inicio del proceso electoral local para el 3 de diciembre y no el 13 de septiembre como en el resto de las entidades. Así, el reto para el Instituto Estatal Electoral de BC y el INE será mayor, pues habrá un desfase entre el proceso federal (que inició el 7 de septiembre) y el local (que lo hará el 3 de diciembre). Y no olvidemos, todo ello en medio de la pandemia del COVID 19.

Lo dicho, estamos ante el reto mayor que ha enfrentado la organización electoral. Más nos vale que salgamos bien librados de este desafío; lo digo pensando en la responsabilidad que debemos asumir todos los actores sociales y políticos. No olvidemos que el pilar de la democracia política mexicana son los procesos electorales. Con ese piso debemos seguir construyendo una democracia de calidad.

*- El autor es Investigador de El Colegio de la Frontera Norte/Profesor Visitante en el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego.

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