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TRASCENDER

El verbo correcto es “trascender”. A eso viene México al Mundial y ello, con todo respeto, no se logra ni siquiera avanzando a la ronda de eliminación directa. “Trascender” es otra cosa.

El verbo correcto es “trascender”. A eso viene México al Mundial y ello, con todo respeto, no se logra ni siquiera avanzando a la ronda de eliminación directa. “Trascender” es otra cosa.

“Trascender” en el futbol es avanzar para presentarse internacionalmente. “Trascender” es acercarse lo más posible a las grandes potencias del juego. “Trascender” ha sido un “fruto prohibido” para el futbol mexicano a lo largo de casi toda su historia.

Desde antes de la presentación mexicana aquí en Doha, he sostenido que el juego más importante de México llegará el próximo sábado cuando enfrente a la Argentina.

Y es que al Mundial, nuevamente con respeto, no vienes a ganarle a Polonia o a Arabia Saudita. Vienes a codearte con los mejores y a mostrarles a ellos y al mundo que tu nivel futbolístico se ha desarrollado.

México siempre se ha atorado con el mismo escollo en su historia mundialista de los últimos 30 años. La leyenda, que incluso ha rebasado lo “urbano”, establece que algo le sucede al equipo e incluso al entrenador cuando se entra a esa etapa decisiva frente a rivales de mayor jerarquía y capacidad futbolística. Ahí, el futbol mexicano ha doblado las manos, se ha quedado mudo e inerte y ellos nos ha conducido a un centenar de hipótesis sobre lo que genera esa decaída mexicana.

“Nosotros no vamos al Mundial pensando en perder”, me asegura Miguel Layún, el futbolista del América que jugó dos mundiales para México y que llevó su carrera hasta el futbol de Inglaterra, Italia y España.

Y estoy de acuerdo, pero al lanzar acusaciones tan graves y delicadas -”Tienen miedo”. “Son débiles en lo mental”. “Hay una barrera infranqueable de calidad”- estoy tratando de encontrar las respuestas al dilema de por qué la derrota prevalece en los momentos más desafiantes del futbol mexicano.

He tratado de hurgar en la mente del jugador en la búsqueda de respuestas. Entiendo que, más allá de un juego y de su resultado, hay temas donde el futbol mexicano no ha avanzado o está atorado y que son imprescindibles, si lo que pretendemos es convertirnos, algún día, en una potencia mundial deeste juego.

Pero hay temas donde creo que al futbolista mexicano le falta una contundencia mental que le aleja de dar ese paso de calidad. Al final, bien o mal, son ellos los que patean el balón, los que corren y meten la pierna, los que fallan o aciertan ante la portería.

“Esa es parte de una preparación que no está disponible para todos los futbolistas”, me responde Layún.

Juan Carlos Osorio, ex entrenador de la Selección mexicana y hoy comentarista invitado a la mesa de Futbol Picante de ESPN, cuenta una anécdota sobre los minutos previos al juego México-Brasil, Octavos de final, de hace 4 años en Rusia.

“Cuando les pregunten a mis futbolistas en el vestidor si estaban listos y convencidos para enfrentar y superar a Brasil, se generó un silencio tenebroso.”, dice el colombiano. ¿El desenlace?, ustedes lo conocen: México perdió ese partido y se fue a casa como se ha ido de los Mundiales desde 1994.

Yo no creo que al futbolista mexicano le falte talento o calidad, pero hay una historia sombría alrededor de los momentos más delicados de una eliminatoria.

Ahí, justamente, es donde el futbol mexicano ha fallado y donde el verbo “trascender” se ha convertido en una meta inexpugnable e inalcanzable.

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