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¿Revocación o reelección de AMLO?

¿Por qué la propuesta de revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador ha causado tanto revuelo y agitación en el país?

¿Por qué la propuesta de revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador ha causado tanto revuelo y agitación en el país? Porque si bien la revocación de mandato es un ejercicio legítimo de la democracia directa, en manos principalmente de los ciudadanos, aquí tal mecanismo aparece descontextualizado porque proviene esencialmente del gobierno y no de los ciudadanos.

Fue un error haberlo aprobado para que se realice cada tres años (obligatoriamente), a la mitad del periodo del gobierno presidencial, y no sólo cuando sea necesario o cuando un determinado porcentaje de ciudadanos lo solicite, según las circunstancias. Al no estar así ahora, lo que tenemos es un desfase entre la obligación de cumplir con ese requisito y la necesidad del mismo.

Es decir, no hay en estos momentos un porcentaje de población que, por las condiciones en que está funcionado el gobierno o la presidencia de López Obrador, o por otras razones, exija una consulta o un referéndum para definir si el presidente deja su cargo o permanece en él.

Quien está interesado en que la consulta sobre la revocación de mandato se lleve a cabo es el presidente, y sólo él. ¿Por qué? Primero, para cumplir con lo establecido en la ley aprobada (aunque no haya necesidad de la revocación) y, segundo, pues para las otras cosas que AMLO menciona a cada rato tales como educar o concientizar a la gente y este instrumento se pueda consolidar.

Sin embargo, la razón última de la propuesta de revocación de mandato de López Obrador es dejar una especie de “cuña” a los gobiernos que vienen, así como de alguna manera un instrumento de poder en manos de la población para controlar a futuros gobiernos que pudieran venir de otros partidos o incluso del mismo Morena.

Pero, por el momento y no obstante el desfase, la consulta tendría como objetivo inmediato: a) volver a ganar una elección (algo así como una reelección en el mismo periodo); b) dar un golpe más fulminante a sus críticos y opositores a su gobierno y, quizás la más importante, c) llevar a cabo una amplia movilización popular previa a las elecciones presidenciales de 2024, consolidando a su gobierno y enfilando a Morena.

El gran obstáculo de esta consulta no son los opositores al gobierno de AMLO, ni menos el INE o los conservadores, etc., como falsamente se dice, sino lo absurdo de la propuesta, su costo y su inutilidad porque, sea cual sea su resultado, AMLO no se va a ir de la presidencia, y además porque es bastante remoto -dadas las circunstanciasque los electores caigan en este juego.

Entonces, estamos ante una situación en que ellos solos se han enredado en su propia cuerda y se metieron, seguramente sin quererlo, en un callejón sin salida. Porque, primero, promovieron la revocación de mandato sin darse cuenta que la ley prohíbe tanto al presidente como a Morena y al gobierno hacer campaña sobre el mismo. Ahora han tenido que cambiar esa ley atropelladamente y de manera burda (como antes lo hacía el PRI).

Y lo que antes aparecía como “pan comido” y de donde saldrían triunfadores, hoy se vislumbra como un gran fracaso, porque lo más probable es que la concurrencia de votantes sea muy baja, alrededor del 10% del listado nominal, entre 8 y 10 millones de electores, que ni siquiera se acercaría a los 15 millones que obtuvo Morena en la última elección.

Hay un gran temor en López Obrador y en Morena de fracasar en la consulta del 10 de abril, por lo que a partir de estos días veremos una intensificación de su campaña, en todos los niveles de gobierno, empleando todo el aparato y los recursos necesarios (recursos públicos) para sacar a votar a un porcentaje significativo que se acerque o supere al tope de votación de los 15 millones.

Todo esto en medio de un contexto donde los problemas del país se han agudizado, especialmente los relacionados con la violencia del crimen organizado, la muerte y agresión hacia los periodistas, pero además la precariedad que empieza a instalarse en las condiciones de vida de amplias franjas de población en las zonas urbanas y rurales.

¿A quién va a culpar AMLO del fracaso de la revocación de mandato? Al INE y a los conservadores, a los periodistas y a los intelectuales, y quizás también al parlamento europeo. Vendrán ajustes de cuentas muy duros contra ellos, en particular contra algunos consejeros del INE que serán tomados como chivos expiatorios de este fracaso.

AMLO preferiría que todos sus opositores fueran a votar contra él para que deje la silla presidencial, así los ha convocado vehementemente, hacer de esto una definición histórica, pero al parecer lo que enfrentará será la indiferencia y el vacío a su gobierno. O sea, su convocatoria va a funcionar pero al revés.

* El autor es analista político

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