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No mires arriba

Sin carta de navegación no llegará a buen puerto ningún gobernante; sobre todo porque necesita afianzar su timón.

Sin carta de navegación no llegará a buen puerto ningún gobernante; sobre todo porque necesita afianzar su timón. En el discurso los políticos dicen que se orientan en función de las necesidades de la población, de esa que está ávida de la dotación adecuada de los servicios públicos.

Sin embargo, si así fuera, del color que fuera el gobierno en turno, ya hubieran avanzado en la solución añeja de la problemática que golpea al Valle mexicalense y parte de la periferia urbana.

Políticos y medios de comunicación festejamos y publicamos que un grupo de empresarios acudieran a pagar el impuesto predial. Como si fuera una grandiosa concesión que nos dan.

El mensaje, entiendo, era la coordinación que se establecía entre los hombres y mujeres de negocio o administradores de comercios con el poder político municipal.

Mal no está, el grupo que genera empleos reclama que haya más recursos para la seguridad.

Vieron con beneplácito el aumento del impuesto predial, siempre y cuando haya mayor seguridad, en un Mexicali que carece de patrullas, sistema de radiofrecuencia, cámaras de vigilancia y policías.

Cada sector trata de solucionar su problemática inmediata.

El problema es que debajo de ellos están las clases medias, pequeños y medianos comerciantes, profesionistas, reclamando, desde hace años, el mejoramiento de su entorno. Pagan siempre sus impuestos, están cautivos ante las garras del SAT, CFE, Recaudación de Rentas, IMSS, Infonavit y todos los entes creados para la recaudación de impuestos y cobros de servicios.

Este grupo poblacional, amplio por cierto, siempre cumple aunque no haya notas informativos que lo publiquen.

Pero, desafortunadamente, no siempre son retribuidos en los servicios públicos adecuados o de seguridad.

Debajo de ellos y los empresarios hay todavía una capa más gruesa de población que busca sobrevivir a la pandemia, inflación, incremento a la canasta básica, que siguió trabajando sin descanso, que no tiene recursos para pruebas rápidas anti COVID-19 en laboratorios privados y debe hacer filas interminables en hospitales públicos.

Una gran cantidad paga el impuesto predial. Tampoco merecen notas especiales.

En muchos casos tampoco ven retribuidos sus pagos en servicios adecuados.

Es evidente que no hay recurso que alcance cuando sólo la mitad cumple con sus obligaciones de pagar el impuesto municipal.

Algo se debe hacer para ampliar la base recaudatoria y evitar que la mitad asuma la responsabilidad que no hacen los grandes, medianos y pequeños deudores.

Es una cruzada de responsabilidad.

Cada administración municipal nos dice lo mismo y pareciera que empiezan de cero en sus revisiones, ya que no logran avanzar.

Hay volantas para acercamiento de los cobros, descuentos para cumplidores y luego para los que pagaron al final, hay embargos aunque también amparos de empresarios, para no pagar.

Quizá esos mecanismos ya llegaron a su límite y solo van a lograr que la mitad pague.

Entonces vienen los incrementos de hasta un 400 por ciento, bajo el argumento de que los predios valen más y a largo plazo hay un beneficio para el propietario.

Poco o mucho dinero en términos concretos, el problema es que, de nueva cuenta, salen a relucir los baches, luminarias inservibles, inseguridad, lotes sucios, calles con más de 30 años sin pavimentar, sin drenaje. Muchas en total abandono.

Los gobiernos deberán ver hacia arriba y hacia abajo para hacer sus cartas de navegación que les permitan dar mayores y mejores resultados para todos en general.

Y no solo mirar hacia arriba.

La verdad sea dicha

*La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.

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