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Negociación

El Tratado de Versalles es el tratado de paz firmado el 28 de junio de 1919 entre los Países Aliados y Alemania en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles que puso fin oficialmente a la Primera Guerra Mundial.

El Tratado de Versalles es el tratado de paz firmado el 28 de junio de 1919 entre los Países Aliados y Alemania en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles que puso fin oficialmente a la Primera Guerra Mundial. Entró en vigor el 10 de enero de 1920. Al finalizar la Primera Guerra Mundial y declararse el armisticio, los Países Aliados se reúnen en la Conferencia de Paz de París para acordar los términos de la paz con Alemania, el antiguo Imperio Austro-Húngaro, dividido en Hungría y Austria, y Bulgaria. Las discusiones de los términos de la Paz comenzaron el 18 de enero de 1919 y el tratado fue presentado ante Alemania en mayo de 1919 como única alternativa ya que su rechazo habría implicado la reanudación de las hostilidades. La delegación y el gobierno alemán consideraron el Tratado como un Diktat, es decir, un dictado impuesto a la fuerza sin un mecanismo de consulta o participación. Particularmente molesto fue el precepto, incorporado en el Tratado, de la culpa y responsabilidad de Alemania en la iniciación de la guerra. El tratado estableció la creación de una comisión que determinara el monto de las reparaciones que debían ser pagadas por Alemania. En 1921 la comisión valoró dichas reparaciones en US $33,000`000,000, una suma que muchos economistas consideraron excesiva. Hitler es nombrado canciller de Alemania en 1933 y en 1938 el Führer había prometió a su pueblo liberarlo de los grilletes que le oprimían desde el fin de la Primera Guerra Mundial y hacer resurgir el Reich alemán, que ya para entonces había obtenido la anexión de Austria y de la región checa de los Sudetes. Y todo sin necesidad de luchar, con la condescendencia de las naciones europeas. Alemania se erguía ya como el dueño de la Europa central y Hitler como un líder irrefrenable. “¿Quién puede evitar conmoverse profundamente viendo el Gran Reich alemán de hoy?”, se preguntaba Adolf Hitler el día de Año Nuevo de 1939. El líder nazi echaba la vista unos pocos años atrás, cuando Alemania se mostraba postrada por las ataduras del Tratado de Versalles, y podía ufanarse de los logros obtenidos a través de su política expansiva. Por el otro lado Gran Bretaña y Francia a través de sus primeros ministros Chamberlain y Dadalier trataban por medio de una política de apaciguamiento y bajo la estúpida e inocente asunción de que Adolfo Hitler sería un “niño bueno” si se le daban todos los “juguetes” que quería. En última instancia fue el miedo, y no la ignorancia ni la complacencia, el que evitó que tanto Gran Bretaña como Francia actuaran con firmeza contra un Hitler decidido a todo. En el contexto actual la supuesta guerra comercial iniciada por el ejecutivo estadunidense es idéntica a la de Hitler, agresivo, bravucón, quiere influir miedo, crear pánico en la economía y lograr que nuestro país se incline y acepte a pie juntillas todas sus demandas, el gobierno federal debe contraatacar, sí cumple la amenaza de imponer aranceles al comercio con Mexico, se debe ser firme ante un personaje de caricatura que se la pasa pegado a su celular mandando mensajes insultantes a los mexicanos. No es con manifestaciones en la frontera como esto se va a resolver. Aquí no funciona la política de apaciguamiento, se debe actuar con firmeza y sin miedo. Se cuenta con el apoyo de todo el país.







*El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.