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Más del encuentro trilateral

Ocho días atrás mencionaba la reunión entre los mandatarios de Estados Unidos, Canadá y México, pero como en esas reuniones bilaterales y trilaterales se plantearon varios temas, es que continúo con algunos comentarios.

Ocho días atrás mencionaba la reunión entre los mandatarios de Estados Unidos, Canadá y México, pero como en esas reuniones bilaterales y trilaterales se plantearon varios temas, es que continúo con algunos comentarios.

El primero es sobre el regionalismo y el llamado del presidente mexicano para enfrentar la competencia y avance que está teniendo China. Quizás esto lo señaló el mandatario mexicano para no caer en cuestionamientos sobre que en la negociación final del T-MEC y su ratificación (ambos actos por el actual gobierno), se estipula que ninguna de las partes puede firmar acuerdos de preferencias económicas y comerciales con países que no sean de libre mercado (palabras más, palabras menos) y China cae en ese entendido.

Pero como fuese, esa declaración de buscar una mayor integración, beneficiaría a la economía y sociedad mexicana, porque no sólo reconoce que las economías de México y Estados Unidos son complementarias, sino porque además ayudaría a una contención migratoria, posibilita el aumento de sueldos y salarios para los trabajadores en nuestro país e impulsaría el desarrollo de regiones en donde existan las condiciones laborales, de logística e infraestructura de comunicaciones más allá de la frontera norte o de ciudades como Mexicali o Tijuana, por mencionar los principales puntos manufactureras en Baja California.

Esto pienso ya lo percibieron funcionarios mexicanos como la titular del SAT, que recién expuso que la economía mexicana, pero sobre todo la industria, se vería fortalecida con inversión asiática que defina establecerse en México. Comentario acertado porque ya se tiene conocimiento de que varias empresas con sede en Norteamérica ven la importancia de tener a sus proveedores lo más cerca posible en la región T-MEC y así evitar desabasto de materias primas, componentes y piezas (como las que requerimos en las IMMEX) y asimismo ,reforzar el objetivo de continuar siendo parte de las cadena de valor pues parece que modelo “just in time o justo a tiempo” está cambiando por efecto primero del desabasto por cierre de empresas reflejo del Covid19 y por el atraso en envíos sobre todo marítimos de los insumos para las empresas globales.

Me parece bien que la jefa del SAT lo haya captado, porque no podemos darnos el lujo de perder las ventajas logísticas que ofrecemos como país, con una amplia red de comunicaciones para mover la producción manufacturera de exportación de un punto a otro con cierta facilidad, los tratados comerciales que definen preferencias arancelarias tanto para nuestros producto finales como para poder importar temporalmente productos para incorporar en las exportaciones y, por supuesto, la calidad de mano de obra mexicana.

Ventajas y características, que debe recordarse, no son sólo para la industria automotriz, también para la aeroespacial, electrónica y varios sectores en los que están las empresas de Mexicali. Pero no solo las ventajas como las mencionadas son importantes, tratándose del SAT, importan y mucho que las reglas fiscales y de operación de empresas como las IMMEX y de las que operan bajo un modelo shelter, cuenten con certeza en sus parámetros de tributación. Digo esto porque recién se aprobó quitar la operación de los APAs o acuerdos de precios de transferencia.

Lo señalado por el presidente y por la titular del SAT, lo entiendo en el mismo sentido de “Mejor Juntos: una América del Norte segura y próspera”, como se sabe fue el nombre del acuerdo que las tres naciones aceptaron para reafirmar la relación y colaboración en la región. “Mejor juntos” que veremos si se avanzó o no en el 2022 cuando los mandatarios vuelvan a encontrarse en México para la décima edición de la Cumbre de los Líderes de América del Norte. “Mejor juntos” que deseo se extienda en la relación entre el sector público y el sector privado mexicanos.

* El autor es Consejero y Consejero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

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