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Las grietas de Morena en BC

A 8 meses de la próxima elección de 2021, Morena en Baja California se está fragmentando, en parte por el conflictivo cambio de la dirigencia nacional con dos corrientes enfrentadas (Muñoz Ledo y Delgado), y en segundo lugar porque ya tiene varios aspirantes que buscan ser candidatos al gobierno estatal sin que haya uno que tenga pleno consenso.

A 8 meses de la próxima elección de 2021, Morena en Baja California se está fragmentando, en parte por el conflictivo cambio de la dirigencia nacional con dos corrientes enfrentadas (Muñoz Ledo y Delgado), y en segundo lugar porque ya tiene varios aspirantes que buscan ser candidatos al gobierno estatal sin que haya uno que tenga pleno consenso.

El cambio de la dirigencia nacional (que se definirá en una semana) puede cambiar todo el panorama de Morena y de sus gobiernos a nivel local, independientemente si queda Muñoz Ledo o Mario Delgado. En principio, puede significar el ocaso del bonillismo que, además, se aproxima ya al final de su periodo de gobierno.

Si es Muñoz Ledo el que quede al frente de Morena, es obvio que Bonilla ya no podría jugar un papel determinante en la selección de candidatos para la elección de 2021, en especial para gobernador, pues hay que recordar el encontronazo entre ambos cuando se discutía la famosa “Ley Bonilla”.

Si el dirigente es Mario Delgado (que parece lo más probable), tampoco el gobernador actual tendrá la última palabra en la definición del candidato de Morena, pues se impondrán otras prioridades y objetivos de esta corriente política al interior del partido, que intentará desplazar al grupo que llegó al gobierno con Bonilla.

Este nuevo reacomodo de los grupos locales y nacionales no va a ser terso, por lo que el proceso de selección de candidatos (a la gubernatura y en algunas alcaldías) se puede tornar muy complicado en víspera de la elección.

Pero no sólo por esto, sino también porque hasta ahora en Morena no hay ningún aspirante a la gubernatura que tenga un perfil “morenista”, sino más bien lo que hay de los cinco que más se mencionan son perfiles priistas y panistas, y ninguno tiene claramente una ventaja sobre los demás. Salvo que haya un “candidato de unidad”, que se ve difícil, la elección se va tornar conflictiva.

También, a la par, hay que recordar que el próximo gobernador ocupará su cargo por un periodo de 6 años (2021-2027), que será vital para los episodios que vienen, entre ellos la elección de 2024, pero especialmente para la consolidación de Morena a nivel de la entidad, lo cual puede requerir los próximos 10 años por lo menos.

Ninguno de los candidatos a la gubernatura que se mencionan hasta ahora garantiza esto para Morena. Es decir, esto si Morena quiere construir un perfil propio de gobierno, o si bien esto no le interesa y seguirá haciendo gobiernos priistas-morenistas, y en otros casos gobiernos con tintes panistas-morenistas, como lo que existe hoy en Mexicali.

Esto puede ocurrir en la próxima elección, pero en realidad nunca habrá un gobierno que se pueda decir que es auténticamente de Morena porque, si sigue así, Morena va a ser un partido indefinido en el que “coexisten” infinidad de grupos y tendencias políticas o ideológicas, pero no algo específico que defina a los gobiernos de Morena, como ocurre ahora.

Es hasta cierto punto fantasioso y patético que ahora cualquier persona que aspira a ser candidato o candidata de Morena diga que sus preocupaciones principales sean el combate a la corrupción, el apoyo a los más pobres, la honestidad y la austeridad en el gobierno y…asunto arreglado. Morena le abre las puertas y lo hace candidato o candidata.

Eso se va a desgastar muy pronto si Morena no avanza hacia un proyecto de gobierno más sólido, con un poco más de contenido del que tiene ahora. Todo esto suena bien en esta coyuntura y bajo la sombra del gobierno de López Obrador, pero después empezará a sonar hueco o como una total impostura, como ya empieza a sonar.

Si Morena quiere ser una verdadera alternativa de gobierno nueva y diferente al PRI y al PAN, tendría que proponer otros candidatos distintos a los que hoy se mencionan para el gobierno estatal y en algunos casos para las alcaldías. Si quiere ser, simplemente, un bloque de poder, que agarra de todo, sin ideología, sin programa, sin posturas definidas, una mescolanza de todo, entonces va bien.

O también, si Morena quiere ser en BC el espacio político en el que dirimen sus diferencias los viejos políticos del PRI para seguir ocupando los mismos espacios de gobierno (como se está viendo), o algunos panistas se disfrazan de morenistas para acceder al poder, pues entonces Morena no va a llegar muy lejos.

A diferencia de lo que se expresa en algunos medios, no son los candidatos de los partidos lo que está en juego en esta elección, sino si realmente hay alternativas nuevas que propongan nuevos horizontes.

*-El autor es analista político.

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