Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

La odisea de ser ciudadano en la era de Trump

 “Es muy fácil”. “No te hacen muchas preguntas”. “Dura como 15 minutos la entrevista”. “Nada más apréndete el cuestionario”. Recuerdo que esas eran las palabras que solía escuchar cuando un inmigrante se envalentonaba y se decidía a tramitar su ciudadanía americana. 

“Es muy fácil”. “No te hacen muchas preguntas”. “Dura como 15 minutos la entrevista”. “Nada más apréndete el cuestionario”. Recuerdo que esas eran las palabras que solía escuchar cuando un inmigrante se envalentonaba y se decidía a tramitar su ciudadanía americana.

De esas frases solo queda el recuerdo. Yo inicié mi trámite para hacerme ciudadana cuando Donald Trump asumió la presidencia. Eran tiempos de incertidumbre sobre la directriz que tomaría el nuevo gobierno republicano. Esa incertidumbre se fue transformando en temor para los millones de inmigrantes que empezamos a ver como un plumazo acabo con el alivio migratorio del programa de Acción Diferida (DACA para los migrantes llegados en la infancia) y de ahí se viene una oleada de cambios legislativos y en el país se empezó a vivir un clima de polarización con toques ‘”racistas”. Ya nada era seguro, ni siquiera tu residencia permanente, conocida como “green card” (Tarjeta verde) te asegura una estabilidad en Estados Unidos. Empezabas a escuchar historias como; “Supiste que por una infracción y traer aliento alcohólico le quitaron le ‘green card’ y la deportaron”. No había regreso, la era Trump había llegado.

Mi trámite para hacerme ciudadana duro dos años, cuando antes el proceso no superaba los tres meses. Y créanme, no fue nada sencillo. Fueron muchas preguntas. Mi primera entrevista duro dos horas. Me sentía como si estuviera frente a un judicial, que quería obligarme a decir lo que él quería escuchar: “You live in México”. Como si fuera gendarme entraba y salía de la oficina donde fue mi cita, con el argumento de verificar mi “record”, en su afán por intimidarme. Mi primera entrevista fue desgastante e indignante. Para mi segunda entrevista me pidieron las “perlas de la virgen” en documentación. Fueron meses de esperar la segunda entrevista, luego fueron meses de esperar la carta para la fecha de ceremonia y ahora será más de un mes los que deba esperar por mis pasaportes. En verdad lo digo, no fue sencillo, tuve que luchar y asesorarme para lograrlo. Y ahora que veo las recientes medidas que acaba de anunciar Trump sobre su nuevo plan migratorio basado en el “mérito”, me quede perpleja.

Trump plantea un giro radical en la política migratoria de Estados Unidos para evitar el acceso de personas de lo que en el pasado calificó como “países de mierda”, en referencia a El Salvador, Haití y África. El presidente esta definiendo su plan como “meritorio”, y los aspirantes a vivir en el país de la libertad deben de superar una prueba de civismo, además se les juzgará su nivel de inglés, edad y empleo.

En pocas palabras Trump quiere a más trabajadores calificados, que quedaría a discreción de los oficiales calificar las habilidades de los aspirantes y menos personas que emigren por medio de familiares.

Además, la Casa Blanca busca controlar y regular las llamadas “green cards” las que paulatinamente busca sustituir por la visa Build America (Construir América), lo que ya no sería una residencia, sino una visa.

Ante el anuncio del nuevo plan que pretende implementar Trump, estoy cada vez más convencida que les espera un duro camino a los inmigrantes, pero nunca imposible, en su lucha por la ciudadanía.



*La autora es Corresponsal de la Agencia Internacional de Noticas Efe.