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La Debacle

Con el paso del tiempo el presidente demuestra de manera sostenida su incapacidad de entender su entorno, el enorme bono democrático con el que inició.

SOMOS LO QUE HACEMOS

Con el paso del tiempo el presidente demuestra de manera sostenida su incapacidad de entender su entorno, el enorme bono democrático con el que inició, el haber contado con el control absoluto de ambas Cámaras, la pandemia, y el despilfarro de los ahorros públicos durante sus primeros cuatro años de gobierno le proporcionaron el margen suficiente para cubrir sus graves errores y las enormes carencias de su equipo.

El resultado de la elección intermedia acabó con la posibilidad de realizar cambios constitucionales en menoscabo de nuestra democracia en aras de un proyecto personal impulsado por Andrés Manuel; es indudable que la presión en las finanzas públicas reflejado en una disminución de la calidad y en la cancelación de programas públicos ha mermado su imagen pública; vemos un presidente empecinado en impulsar su proyecto transexenal, uno que prefiere sacrificar resultados a cambio de lealtades sin importarle ni la integridad ni la experiencia de quienes le rodean; una mezcla de lambisconería, falta de contrapesos y el fanatismo “transformador”.

Prueba de que el presidente está rebasado es haber promovido las reformas a la Constitución relacionadas al sector eléctrico, a la Guardia Nacional y a la legislación electoral, fracasó en las tres y cometió la irresponsabilidad de promover cambios a las leyes secundarias claramente violatorias a la Constitución, todas ellas aprobadas sin escrúpulo alguno por nuestros diputados federales adscritos a MORENA quienes se han convertido en meros paleros de ocasión dispuestos a autorizar todo lo que el presidente desee, sin moverle siquiera una coma, faltaba más. Es precisamente por esto que la elección de la Ministra Piña ha sido considerada un triunfo para el país; se acabó la tibieza que permitió el “administración” de la Corte a través de la presidencia de Arturo Zaldivar, que durante años no permitió se llevaran al pleno leyes aprobadas por la anterior legislatura violatorias a la Constitución que han paralizado contrapesos gubernamentales, programas públicos como Escuela Digna, y leyes que han atentado contra derechos de muchos en beneficio de algunos cercanos al movimiento lopezobradorista.

Es por este contexto que para el presidente ha sido gravísimo lo sucedido con la “Licencia” Esquivel, Ministra propuesta por él y respaldada públicamente sin importarle que quien debe garantizar la impartición de justicia sea una vulgar ladrona al haber plagiado su tesis de licenciatura; el presidente, a quien no le importa la división de poderes, acusa públicamente que dos de los 4 Ministros de la Suprema Corte propuestos por su persona han traicionado su proyecto de gobierno al no respaldar ciegamente sus yerros en las votaciones del pleno. Dejando en claro que lo que busca son lealtades no la construcción de un estado democrático que genere oportunidades para todos.

El presidente menospreció, como lo ha hecho desde siempre, las expresiones de la sociedad civil, la última de ellas el pasado 13 de noviembre cuando miles salimos a las calles a expresar nuestro apoyo a un INE independiente y ciudadano, nunca más un apéndice del gobierno, tal y como es la intención de López Obrador. En nuestro estado la simulación por agradarle no tiene contrapeso, no se tuvo cuando no se defendió a nuestra a nuestra gente ante la cancelación de Constellation, ni cuando Bonilla atentó contra nuestro estado de derecho, ni ahora al no exigirle a los diputados federales votar en contra de las iniciativas que lesionan el futuro de los bajacalifornianos.

* El autor es empresario y expresidente de Coparmex Mexicali.

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