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Intermitentes semáforos

Desafortunadamente no se trata de civilidad vehicular y cuidado del peatón; se trata esta vez del semáforo de salud en la pandemia del Covid-19 en México y en nuestro estado. Lo esperado, lo ideal es pasar de rojo a naranja y hp al amarillo y verde; no pasar de rojo a naranja y por desmedida movilidad regresar al rojo.

Desafortunadamente no se trata de civilidad vehicular y cuidado del peatón; se trata esta vez del semáforo de salud en la pandemia del Covid-19 en México y en nuestro estado. Lo esperado, lo ideal es pasar de rojo a naranja y hp al amarillo y verde; no pasar de rojo a naranja y por desmedida movilidad regresar al rojo.

Apoyo con algunos datos mi preocupación. La estimación es de casi cien mil fallecidos para fines de octubre, si las cifras siguen como van porque no se ha controlado nacionalmente el contagio; esto, con matemáticas simples, significa unos sesenta mil más que los últimos registros que se han publicado. Además, al menos nueve estados -afortunadamente no es nuestro caso- han retrocedido de naranja a rojo siendo esos Baja California Sur, Hidalgo, Jalisco, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Yucatán y Zacatecas.

Digo esto porque la sensación generalizada de las personas y de muchas autoridades (federales y locales), es que ya salimos de la pandemia y pueden permitirse comportamientos sociales que una vez más volverán a disparar los contagios, lo que tarde que temprano volvería a impactar las actividades económicas, la producción y exportación de las iMMEX, la educación en instalaciones escolares, la convivencia en centros de recreación, la asistencia a tianguis y supermercados, el hacer ejercicio en sitios cerrados y el acudir a los templos, como ejemplos.

Para evitar regresar a rojo y avanzar al amarillo, considero que hay diversas cosas en las que debemos insistir. Una es seguir con los dispensadores de gel antibacterial, lavamanos y tapetes desinfectantes en todos los lugares públicos, en las casas, en los bancos, en las empresas, en los comercios, en todos los sitios. Otro, es seguir con el uso de cubrebocas, caretas y toma de temperatura al entrar a lugares públicos. Un tercer aspecto es no bajar las medidas de desinfección en oficinas y plantas como las IMMEX, en vehículos privados, públicos y para el transporte de personal; también en parques, centros de deporte, recintos culturales, clínicas y hospitales.

Un punto adicional se refiere a los servicios públicos, por ejemplo, que se instalen sistemas de gestión de citas en línea para realizar trámites municipales, estatales y federales, lo que evitaría la concentración de personas y se mantendría la sana distancia; esto junto a ampliar plataformas tecnológicas para garantizar un gobierno digital y atender a la ciudadana de forma más eficaz. Pero para ser modernos y avanzar en un gobierno digital, se requieren computadoras: reflexionemos si eso sería posible con tanta austeridad republicana que están aplicando dependencias federales. Si releemos estos puntos, nada o muy poco se relacionan con las diez promesas que el presidente López Obrador presentó el pasado domingo como sencillo homenaje, en nombre del gobierno, a los “entrañables difuntos” de la pandemia. Eso será materia de otra colaboración.

No permitamos que la abalanzada sociedad y la incompetencia gubernamental ocasiones errores que se transformen y midan en enfermos y fallecidos. Faltan todavía muchos días para vencer al invisible asesino, por eso debemos seguir apoyando y aplicando los protocolos sanitarios dentro y fuera de casa. En suma, no relajemos la seguridad sanitaria pues tenemos que continuar diario y en todo lugar con los protocolos.

* El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

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