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Estrategias exitosas

Tenemos que tener bien claro qué han tenido en común las compañías que han sido exitosas en la transformación digital.

Tenemos que tener bien claro qué han tenido en común las compañías que han sido exitosas en la transformación digital.

Estuve en Londres con un grupo maravilloso. Éramos 40 empresarios de todos los continentes: asiáticos, africanos, europeos, americanos, todos coincidimos ahí para compartir nuestras experiencias y retos de negocios en un programa de Estrategias de Creación de Valor en el London Business School.

Hablamos de los grandes desafíos que enfrentamos cada uno en nuestras industrias ante esta cuarta revolución industrial que estamos viviendo. La transformación digital de nuestras economías es algo que nos afecta a todos.

Este profesor reconocido mundialmente, el chipriota Costas Markides, nos impactó a todos. Participa en Consejos de grandes corporaciones, en el Foro Económico Mundial, en el Consejo Editorial de prestigiadas publicaciones, es autor de libros y artículos de gran impacto en el mundo. Costas ha sido considerado por Forbes como uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo.

Nos sorprendió cuando narró estudios que se han hecho para descubrir qué es lo que realmente distingue a las pocas estrategias de transformación exitosas de una gran mayoría que han sido fallidas. Básicamente el descubrimiento se centró en un asunto que aparentemente es obvio y sencillo, pero que no sabemos cómo manejarlo en nuestra realidad.

La conclusión no es para nada sorprendente, pero sí llama la atención que hayan necesitado hacer profundos estudios para llegar a ella.

Los líderes de las empresas con estrategias fallidas respondieron como se esperaba: ante el desafío de la transformación digital pensaron que la aparición de los gigantes del comercio electrónico en sus sectores representaba una temible amenaza, y su pregunta a sus ejecutivos se centró en definir qué iban a hacer para enfrentarla.

Por otro lado, los líderes de las compañías con estrategias exitosas respondieron al reto de la transformación digital en principio de forma similar: que el surgimiento de los gigantes del comercio electrónico en sus industrias representaba una temible amenaza, pero la pregunta a sus ejecutivos fue totalmente distinta, pues se centró en descubrir cómo podrían convertir eso en una buena oportunidad.

Esta aparente simpleza significa un planteamiento radicalmente diferente para nuestras organizaciones. Es otra historia si nuestras estrategias las diseñamos arrancando de nuestros problemas que si lo hacemos partiendo de nuestras oportunidades. Analicemos por qué.

Si iniciamos el proceso desde nuestros problemas nuestra mente y nuestro sistema nervioso funcionan asustados, urgidos de encontrar una salida. Así, pensamos con pesimismo, con actitud catastrofista; no somos tan creativos, tendemos a dar respuestas cortoplacistas y generamos temor en nuestros colaboradores.

Por otro lado, si partimos de ver el asunto como una oportunidad, nos aprestamos a conquistar nuevas posiciones con una actitud constructiva, con un sentido más estratégico, y utilizamos nuestra imaginación proyectándola al largo plazo. Al final, con este proceso movilizamos re-cursos con mayor agilidad y conseguimos compromisos más firmes y optimistas. En esto se centra la gran diferencia.

Es verdad que el tema de la digitalización no debe asustarnos. Pero tampoco podemos actuar como si nada estuviese pasando y dispusiéramos de todo el tiempo del mundo. Estamos viendo diversos caminos estratégicos que podemos seguir para impulsar la transformación digital en nuestras organizaciones. Se trata de toda una transformación cultural.

Ya tendremos oportunidad de seguir profundizando en este tema. Por ahora digamos que el punto de partida debe apuntalarse en que toda esta revolución que está transcurriendo sí que tiene que convertirse en un estímulo para revitalizar nuestras fórmulas de negocio, mejorar nuestra posición en el mercado y construir organizaciones mucho más ágiles y flexibles.

*El autor es Presidente y Socio Fundador de CEDEM