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El congreso de Historia Regional de 1956

En 1697, los primeros misioneros jesuitas pusieron pie en esta región del mundo e intentaron incorporarla al imperio español y a la cristiandad en plan de colonizadora con privilegios.

En 1697, los primeros misioneros jesuitas pusieron pie en esta región del mundo e intentaron incorporarla al imperio español y a la cristiandad en plan de colonizadora con privilegios. La orden religiosa empezó en el sur de la península y desde ahí fueron subiendo con los años hacia el norte. Seis décadas más tarde apenas habían cruzado el Paralelo 28 y seguían sin lograr que el sistema misional fuera autosuficiente en Baja California. De 1752 en adelante, en lo que hoy es nuestro estado, fundaron tres precarias misiones. Pero el tiempo se les acababa, pues en 1767 el rey Carlos III expulsó a los jesuitas de su imperio. En Baja California la orden de expulsión llegó un año más tarde, cuando apenas empezaban a colonizar lo que hoy es el estado de Baja California. y al irse al exilio a Europa, muchos de estos misioneros publicaron obras que contaban lo que habían visto o creían haber experimentado en América. Con estas obras da comienzo la historiografía de Baja California. Dos siglos después, en la escuela Cuauhtémoc, hoy casa de la cultura de Mexicali, se llevó a cabo el primer congreso de Historia Regional de Baja California, que reunió a los principales cronistas e historiadores de nuestra entidad además de historiadores nacionales interesados en el pasado peninsular.

El congreso se realizó en diez días y dio por resultado una experiencia única, no vista antes y que fue la exposición de temas tan diversos como la geología y la geografía, los estudios oeanográficos, las pinturas rupestres, la pesca, la lingüística, primeros vestigios de habitantes en la península, las tribus aborígenes, las primeras exploraciones marítimas, la nómina de conquistadores, las misiones jesuitas, franciscanas y dominicas, la historiografía, los informes científicos, la educación, las compañías colonizadoras extranjeras en el porfiriato, la evolución agrícola, el pochismo, el contrabando fronterizo, la revolución floresmagonista de 1911, la recuperación de las tierras del valle de Mexicali durante el cardenismo y la necesidad de crear un instituto de historia regional del estado de Baja California, entre otras.

Por ser un congreso oficial, el personal directivo del congreso estuvo integrado de esta forma: como presidente honorario el mismísimo presidente de la República Mexicana, don Adolfo Ruiz Cortines, siendo el presidente efectivo Braulio Maldonado, el primer gobernador electo del estado de Baja California. Los vicepresidentes honorarios fueron Rodolfo Escamilla, presidente municipal de Mexicali, y Miguel Domínguez, presidente del consejo permanente del Congreso Mexicano de Historia, siendo los vicepresidentes efectivos Lorenzo López González, director de Acción Cívica y Cultural del estado, así como Antonio Pompa y Pompa y José C. Romero, representantes del Congreso Mexicano de Historia. El relator del congreso, es decir, el que verdaderamente trabajó recabando las ponencias y, más tarde, editándolas y publicándolas en dos tomos -con la ayuda de su asistente, el escritor Rubén Vizcaíno Valencia-, no fue otro que Pablo L. Martínez, el distinguido historiador sudcaliforniano y autor de Historia de Baja California (1958).

La importancia histórica de este congreso es que logró reunir, en sus diez días de trabajo, las aportaciones de historiadores de la talla de Héctor R. Olea, Jorge Olguín Hermida, Agustín Aragón Leyva, Ellen C. Barret, Alberto Escalona Dávalos, Federico Mullerried, Gordon W. Groves, Ildefonso Pérez Brambila, Marco Arturo Montero, Pablo Herrera Carrillo, Rubén García, Román Beltrán, Agustín Cué Cánovas, José G. Valenzuela, además de los ya mencionados Pablo L. Martínez y Antonio Pompa y Pompa. Hubo quienes participaron dando a conocer sus testimonios personales, como fue el caso de Esteban Cantú, José C. Valadés y Jesús González Monroy.

En la inauguración, llevada a cabo el 20 de septiembre de 1956, en el salón de actos de la escuela Miguel Alemán, hubo una velada literario-musical que contó con una presentación del trío clásico, la cantante Emilia Espinoza, el poeta Jesús Gastélum, quien declamó su poema “Estado 29” y el “Cuadro histórico de Baja California” del Centro Estatal de Enseñanza Audiovisual. Para la clausura, que se realizó en el cine Curto y también con la presencia del propio gobernador, se presentó el baile coreográfico “Baja California”, como un homenaje dancístico a la población nativa de la entidad. Lo más interesante de este congreso es que muchísimos bajacalifornianos asistieron, ya fuera por simple curiosidad o por interés genuino, a escuchar lo que tenían a bien decir los historiadores participantes. Un evento tan trascendente como este, sin duda dejó huella en la memoria colectiva de los que fueron sus participantes y sus testigos de honor.

*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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