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Criminalidad II

Deseo volver a publicar esta opinión que escribí cuando AMLO era candidato a la presidencia.

Deseo volver a publicar esta opinión que escribí cuando AMLO era candidato a la presidencia.

En aquel envío me refería a que Andrés Manuel López Obrador, precandidato de Morena, anunciaba en uno de sus discursos que en tres meses terminaría con la guerra entre el Gobierno y los narcotraficantes.

Pese a que en la columna citada puntualizo algunos aspectos en torno al candidato de Morena y el narco, hoy quiero abordar específicamente el hecho de que el crimen en México que hoy la padecemos, incluido el asunto implica complejísimos aspectos que rebasan con mucho una política gubernamental; quien sea que llegue a la presidencia en el 2019, decía.

El crimen organizado en nuestro País es inseparable de dos factores muy difíciles, y mantienen íntima relación con la pobreza de la mayoría de mexicanos marginados, sobre todo jóvenes que a la vez se encuentran en un constante impulso a integrarse en los cárteles de la droga, sobre todo en la población rural, incluso, pueblos y ciudades. La hambruna es la madre de todos los vicios. La necesidad de estos muchachos de tener o hacer dinero para ellos y sus familias, los impulsa al narcotráfico. El crimen visto así es un demonio, prácticamente difícil de oponerse a la tentación de lograr dinero fácil. La pobreza en que viven miles o cientos de miles de familias en México y que además son prolíficas, tienen muchos hijos, es “la madre de todos los vicios”, como reza el refrán.

Esta realidad de México rebasa con mucho las políticas públicas. Supera discursos políticos, va más allá de cualquier gobierno de la ideología que sea. Por lo mismo suena a demagogia pura la promesa de resolver el enorme problemón en tres meses, como decía Obrador en su campaña, o reitero, en tres años. Obvio, no tiene idea, lo digo ahora, lo que implica en nuestro país, la guerra del narco contra el Ejército y en general contra el gobierno.

Nada tiene este comentador contra el candidato de Morena López Obrador. Así, las promesas del candidato, - los digo hoy-, se tornan demagógicas cuando a declaración de AMLO, obliga en respuesta de un simple ciudadano con un punto de vista, que difiere con la mente socialista e ideología de López Obrador. Mi juicio no es el mío sino el de cualquier ciudadano pensante. Y son millones en México los que piensan distinto al hoy Presidente, y no son simples aplaudidores, por los que el Presidente vive feliz, pero muy feliz.

La pobreza de nuestra País solo la puede resolver con miles, cientos de empleos y bien pagados. Ningún joven percibiendo 90 o 120 pesos al día va a dejar de sentir el impulso de involucrarse en el narco que les ofrece la tentación de lograr dinero fácil, relativamente fácil, así ellos mismo atisben el peligro.

La culpa es de todos los gobiernos de la revolución tan canturreada y aquel presidente que más favorezca el empleo bien remunerado y en cientos de miles de necesitados, ese gobernante será el que contribuirá con mayor acierto a medio paliar el impulso de los jóvenes a integrarse el crimen organizado en México. Estos miles o millones de jóvenes sin la posibilidad de acceder a un empleo digno, medianamente suficiente al menos, quizá podría superar esta tentación; lo digo hoy. Solo cientos de miles de empleos en todo el territorio contribuirían a terminar con esta plaga. El crimen organizado en México es superior al gobierno incluido el de Obrador. Y punto

* El autor es artista plástico.

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