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Como el cuento de la rana

Así como la rana que meten en agua tibia y le van subiendo la temperatura hasta quedar cocida sin darse cuenta.

Así como la rana que meten en agua tibia y le van subiendo la temperatura hasta quedar cocida sin darse cuenta, así están hoy muchos mexicanos que, aun viendo las restricciones a las libertades de expresión y religiosa, ataques al INE, etc., no se percatan hacia donde, poco a poco se nos conduce. La militarización del país, nos puso en alerta, por el riesgo a la sociedad, sobre todo lo referente a derechos humanos y la falta de controles externos. Pero hay otro aspecto menos conocido y más preocupante de la militarización y que quizá sea el más peligroso. Me refiero a la cada vez más importante cantidad de recursos económicos que están en manos de las fuerzas armadas.

Recientemente, “México Unido contra la Delincuencia” llevó a cabo un estudio, descubriendo que de 2006 a 2018, la SEDENA, ejercía un gasto de alrededor de 8 mil millones de pesos anuales. Para 2019, subió a más de 22, mil millones, para 2020 crece a 26 mil millones y en 2021 se duplicó a más de 48 mil millones de pesos. Pero, además, para finales de 2021, esta unidad acumuló 76 mil millones de pesos gastados sin aprobar. Un sobregiro promedio de 374%.

Estos recursos van a un Fideicomiso Único de Pago y Administración de Equipo Militar, tan poco regulado, que le permite a la Sedena, utilizar el dinero público a su arbitrio, sin controles externos, siendo su objetivo administrarlos para gastos de adquisición de equipo militar, contratación de servcios de obra pública y de mantenimiento y realizar obras de carácter urgente. Términos muy ambiguos y flexibles para ejercer los recursos de manera discrecional. Y aquí está el peligro: Las fuerzas armadas no solo tienen más poder político, también mayor poder económico e independencia en el manejo de recursos.

Un video que circula en redes hace esta pregunta ¿Por qué la Sedena licitará 355 millones de pesos en la compra de 2.8 millones de granadas de gas lacrimógeno? Además lanzó una convocatoria con carácter internacional, para adquirir 2 millones 880 mil proyectiles con una sustancia derivada del chile,que se carga en granadas, utilizándose para dispersar disturbios y manifestaciones, con efectos de irritación de ojos y dificultad para respirar. Y están por adquirir 70 mil proyectiles de gas de corto y largo alcance y proyectiles de humo blanco. Al parecer todo para reprimir ciudadanos, NO delincuentes. Igual pasó en Venezuela, cuando Chávez se acabó las pensiones, y ahorros, así como con los fraudes electorales.

Además, el incremento gradual y sistemático de recursos que están recibiendo las fuerzas armadas, va en detrimento del resto de las instituciones del Estado, Educación, Cultura, Salud, etc., que cuentan con cada vez menos recursos para cumplir sus funciones y el costo lo acabamos pagando los mexicanos, al recibir cada vez peores servicios públicos.

Pero lo más grave, de acuerdo a varios especialistas, es que los mexicanos estamos viendo cómo de manera gradual, las fuerzas armadas se están constituyendo en la institución más poderosa del país, incluso con más poder que el propio presidente de la República. ¡Aguas!

Y todavía algunos continúan como la rana, nadando en agua tibia…

¡Mujer mexicana forja tu Patria !

*- La autora es consejera familiar.

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